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PERMANECER EN LA PALABRA DE DIOS – SAMUEL CLARK
Queridos amigos del Camino:
Muchos de Uds. han aprendido de memoria II Timoteo 3:16:
«Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, reprender, corregir e instruir en justicia. «
Es posible saber algo y hasta memorizarlo pero no vivirlo, usarlo, aprovecharlo. Lo que tenemos que preguntarnos es:
¿Qué me ha enseñado hoy? ¿Cuándo fue la última vez que me reprendió? ¿Cuál es la corrección que estoy practicando? ¿Qué me ha enseñado sobre la vida de justicia que Dios quiere que practique?
Con la Palabra inspirada y útil hacemos la obra de Dios. Con las palabras nuestras o las de los hombres hacemos la obra humana o carnal. Las Escrituras son nuestra espada para pelear «la buena batalla de la fe» y el machete para trabajar en la mies del Señor. Sin la Biblia en nuestra boca y corazón somos como soldados sin arma u obreros sin herramientas. ¿No será por esto que muchas veces no somos obreros efectivos?
Siempre debemos recordar lo que dice el versículo 17: «para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.» El hombre o la mujer de Dios es obrero y necesita ser perfecto o apto para el trabajo y equipado para toda buena obra. Esto sucede cuando yo soy enseñado, reprendido, corregido e instruido en justicia diariamente por la Palabra divina. Si no está sucediendo lo primero, no sucederá lo segundo. Estas disciplinas son las que sacan filo a nuestra espada o machete. ¿Quién ha intentado trabajar con una herramienta sin filo? Les aseguro que es casi imposible lograr algo con un hacha, sierra, cuchillo, azadón, talacho, machete o tijeras sin filo.
Reconozco que la mayoría de mis Amigos del Camino tienen que luchar para lograr un tiempito en las Sagradas Escrituras diariamente. Por esto es tan fácil perder la costumbre y excusarnos con el «no tengo tiempo». Pero tenemos tiempo para comer, bañarnos, ver TV, leer el periódico, etc. Amigo, es cuestión de deseo y de prioridades. Tenemos tiempo para lo que queremos hacer y lo que nos urge hacer. Yo te digo que necesitas hacer el tiempo diario para practicar una, dos o aún más de las cinco disciplinas que siempre recomendamos a los nuevos cristianos: oír, leer, estudiar, memorizar y meditar la Palabra de Dios, para que «la Palabra de Dios more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría…» (Col. 3:16). ¿Es ésta una descripción de tu vida, amigo querido? ¿Debería ser así? ¿Quieres que sea la experiencia diaria de tu vida? Entonces, ¿qué vas a hacer?
Yo creo que cualquiera puede y debe practicar una, dos o más de estas disciplinas cada día. No digo que debe pasar horas haciéndolas. Eso no es factible aunque es muy «padre» hacerlo de vez en cuando. Lo que estoy tratando de mostrarles es que se pueden practicar en los ratitos que normalmente desaprovechamos cada día. ¡Qué pérdida es para la vida espiritual! Permítanme recordarles algunas soluciones prácticas:
PARA OÍR LAS ESCRITURAS
En estos días de tantos aparatos de sonido para el bolsillo, para el ejercicio, en el coche y en el hogar, podemos comprar o hacer unos CDs o cassettes de libros de la Biblia y escucharlos. Casi todo el mundo tiene un teléfono celular. Podemos llamar a un amigo y compartir un versículo para el provecho de los dos.
PARA LEER LAS ESCRITURAS
Un programa de lectura de toda la Biblia en un año les cuesta 20-30 minutos por día. Son momentos muy ricos con Dios. Un programa más corto de un capítulo del Nuevo Testamento más un Salmo por día les permitirá leer todo el Nuevo Testamento en unos meses. Llevar un Nuevo Testamento de bolsillo nos permite aprovechar colas o esperas en consultorios y oficinas durante el día.
PARA ESTUDIAR LAS ESCRITURAS
Hay libros de estudio bíblico muy buenos que uno puede hacer poco a poco cada día. Todos debemos pertenecer a un grupo de estudio, o estudiar con otra persona para profundizar los grandes temas.
PARA APRENDER DE MEMORIA LAS ESCRITURAS
No hay otro método tan adaptable para el aprovechamiento del tiempo como la memorización de pasajes bíblicos. Se adapta a toda clase de aprendizaje (libros de la Biblia, capítulos, pasajes o versículos favoritos) y métodos (tarjetas, libretas, hojas pegadas en la casa, el escritorio o el coche).
PARA MEDITAR LAS ESCRITURAS
Esta disciplina debe ser aplicada con todas las demás para sacar el mayor provecho. Así masticamos mejor el alimento espiritual. Haciendo preguntas es la mejor forma de meditar: ¿Quién está hablando? ¿A quién? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Qué está enseñando? ¿Cómo puedo aplicar esta enseñanza hoy?
Amigos, necesitamos repasar las cosas que sabemos todo el tiempo porque se nos olvidan y luego somos culpables de no practicar lo que sabemos, y somos como los oidores olvidadizos que no hacen las cosas buenas, iguales a aquel que no sabe nada (Stgo. 1:22-25). No hay nada nuevo en estas sugerencias, estoy muy consciente de eso, pero me pregunto ¿cuántas de ellas estoy haciendo?
Tal vez por esto no somos obreros a quienes Dios puede enviar a la mies. ¿Qué vamos a decir si no tenemos Su Palabra en nuestra boca? Recuerden, sólo podemos dar lo que tenemos, y sólo tenemos lo que hemos metido en el corazón por uno de estos métodos. «…todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas» (Mateo 13:52).
Hagamos el propósito de hacer este año, el año que permanezcamos en Su Palabra para ser verdaderamente Sus discípulos y conocer la verdad para ser libres en Cristo.
Abrazos, Samuel