FUNDAMENTOS PARA LA FAMILIA CRISTIANA 03 – Samuel Clark
LA VIDA DEVOCIONAL
Queridos amigos casados:
¿Cómo va tu vida devocional? Para evaluarlo, usa una escala de 0 a 7 y califícate en estas áreas básicas. Usa como referencia la semana pasada y date un punto por cada día que cumpliste la meta.
Tiempo diario en oración para adorar y cubrir las peticiones personales y de mi familia y grupo.
- ESPOSO ____ESPOSA____
Lectura de la Biblia diariamente.
- ESPOSO ____ESPOSA____
Compartir algo de la Palabra con mi cónyuge cada día.
- ESPOSO ____ESPOSA____
Oración con mi cónyuge.
- ESPOSO ____ESPOSA____
Total ESPOSO _____ Total ESPOSA _____
Pocos sacan un total de 25 o más puntos por semana, pero el total es un indicio de cómo está actualmente la vida devocional. ¿Por qué es esto tan importante para un matrimonio? Cuando desarrollamos una vida devocional regular en lo individual y como pareja, los problemas suelen resolverse y hay un ambiente propicio para el servicio del Reino de Dios. Si se cumple sólo en lo individual, habrá menor armonía y efectividad. Si sólo uno de los cónyuges lo cumple, habrá aún menos posibilidades. Si ninguno lo hace, hay poca o nada de esperanza. El nivel espiritual de tu hogar es proporcional a la cantidad y la calidad de tiempo pasado con Dios en devoción y oración.
A veces nos olvidamos de este principio, y quiero exhortarte a ser fiel e íntegro en tu vida devocional ante todo lo demás. Múestrame un «buen» matrimonio cristiano y te mostraré este secreto. Es como las raíces de un árbol. No se ven pero son el sostén de todo lo demás. Si conoces un matrimonio sin problemas que no tiene esta característica, te diré que es una ilusión temporal, hay una bomba de tiempo que tarde o temprano explotará.
Es imprescindible que los esposos busquen la calidad de la vida espiritual como individuos y como pareja. En los dos pasajes donde Pablo enseña los roles de los esposos, empieza su presentación con una enseñanza sobre la vida espiritual. En Efesios 5 nos enseña a andar en amor y luz para no ser como los que no conocen al Señor. En el vs. 18 subraya la necesidad de ser llenos del Espíritu de Dios. En el vs. 21 habla de una mutua sumisión unos a otros. Y en seguida nos habla sobre la vida matrimonial, familiar y laboral (Efesios 5:22-6:9).
En Colosenses 3 dice que tenemos que morir con Cristo para poder vivir la vida resurrecta, matando las cosas viejas, despojándonos del viejo hombre, y poniéndonos el nuevo con todo el fruto del Espíritu Santo. En Colosenses 3:16 manda que la Palabra de Cristo more en abundancia en nosotros. Entonces enseña cómo debemos hacerlo todo en el Nombre de Cristo y habla de los deberes del matrimonio, la familia y el trabajo.
La vida devocional y la vida espiritual en la llenura del Espíritu se relacionan, se asemejan, se complementan. Son inseparables si son verídicas. Me refiero a la auténtica devoción y plenitud del Espíritu que Pablo compara en Colosenses y Efesios y que producen la misma clase de vida de alabanza y comunicación edificante. La vida devocional se logra por la espiritual, la vida espiritual se mantiene por la devocional.
Es esencial aprender a caminar en el Espíritu para poder hacer la voluntad del Señor. El Espíritu de Jesús está en todos los cristianos verdaderos (Romanos 8:9) y quiere llenarnos, controlarnos, dirigirnos, ayudarnos; o sea, quiere darnos el deseo y el poder para obedecer a Dios (Fil. 2:13; 4:13). No es tan «difícil» vivir así pero hay que evitar dos errores para poder ser llenos del Espíritu.
- 1. No entristecerle (Efesios 4:30). El contexto (vs. 20-32) de este mandamiento aclara que lo que le entristece es el pecado de la carne no crucificada. El pasaje es un pequeño catálogo de las cosas de la carne: mentiras, ira, robo, malas palabras, etc. – mismas que debemos quitarnos; y de las cosas del Espíritu que debemos ponernos: verdad, trabajo honesto, generosidad, palabras de gracia, perdón. La cruz es esencial para despojarnos del viejo hombre y vestirnos del nuevo. Ejemplo: se quita la mentira y se viste de la verdad.
- 2. No apagarle (1 Tesalonicenses 5:19). «Apagar» en el Nuevo Testamento siempre se usa con respecto al fuego. Una vida llena del Espíritu es fuego. El fuego puede ser apagado de tres maneras: quitar el calor, el oxígeno, o el combustible. En 1 Tesalonicenses 5:12-24 el calor es el ministerio de «unos a otros», la comunión de cristianos (vs. 12-15). El oxígeno es la vida interna de gozo, oración y fe que el cristiano ha de practicar sin cesar en toda situación (vs. 16-18). El combustible es la Palabra de Dios que debemos oir, estudiar y aplicar a la vida (vs. 20,21). La obra del Espíritu puede ser apagada por la negligencia del compañerismo, de la oración, o de la Palabra de Dios, o sea, la vida devocional en grupo y personal.
¿Tienes problemas en cumplir con tus deberes en el matrimonio, el trabajo, la escuela? ¿Estás llenándote del Espíritu, o estás apagándole o entristeciéndole? Esto es básico para todo lo demás.
Gálatas 5:16 indica cómo vivir esta llenura de día en día. Una paráfrasis reza: «Anda en el Espíritu y no darás rienda suelta a tu carne.» ¿Qué es andar en el Espíritu? Es andar conforme a El, de acuerdo con El (Rom. 8:5-13). ¿Cómo podemos saber qué quiere el Espíritu? Hay que pensar en Sus cosas y ocuparnos de El (Rom. 8:5,6). ¿Cómo logramos esto? Volvemos a la vida devocional donde aprendemos la verdad, o sea, la mente de Dios, cómo Dios piensa acerca de las cosas de la vida. Luego, cuando llevamos a la práctica lo que hemos visto de Dios y Su voluntad, estamos andando conforme al Espíritu Santo.
En Juan 7:37,38 Cristo nos invita a venir a El (vida devocional) y beber de El (usar la fe y obediencia) cuando estamos sedientos (hay una necesidad o una oportunidad de servirle). El resultado es que el Espíritu Santo correrá de nuestro ser como ríos de agua viva. En Lucas 11:13 Cristo enseña que debemos pedir esa llenura de Su Espíritu. Hay que llenarnos de El antes de actuar si queremos ser como El.
No puedo garantizar que si tienes un tiempo devocional, vas a ser lleno del Espíritu y no tendrás ningún problema matrimonial. Pero sí te garantizo que estás poniendo los cimientos para luego edificar todo lo que tú quieres, y más importante, lo que Dios quiere, para tu vida y tu matrimonio. Vale la pena dar prioridad a este aspecto de tu vida cristiana si de veras quieres un matrimonio bueno delante de Dios. Es inútil hablar de hacer grandes cambios si no estás dispuesto a cambiar en algo tan básico. No hay otro camino, amigos míos. No seamos Martas demasiado ocupadas sino Marías que escogen lo más importante: estar con Cristo.
Para vidas y matrimonios llenos de El,
Samuel