FUNDAMENTOS PARA LA FAMILIA CRISTIANA 05 – Samuel Clark
LA PAPELES DE LOS DOS SEXOS
Queridos amigos casados:
La última carta sobre la sexualidad abrió la puerta para pensar más sobre los papeles de los dos sexos. Es tan importante este tema que sentí la necesidad de tocarlo desde otro ángulo. Con el propósito de ayudarles más, sinteticé las observaciones de un doctor in psicología, un cristiano, cuya máxima preocupación es la familia cristiana dentro de una cultura cada vez más secularizada (W. Peter Blitchington en «Sex Roles and the Christian Family «).
«Existen tres tipos de estructura familiar que se pueden observar en la historia de las grandes civilizaciones. Cada tipo corresponde a una etapa del desarrollo de la civilización: su comienzo y engrandecimiento; su prosperidad; y su desintegración y ruina.» Si no aprendemos de la historia, estamos condenados a repetirla. Estos tipos son:
1. Patriarcal – El padre domina; enfatiza tradiciones, lealtad, justicia, ley, trabajo y familia. El divorcio es casi desconocido, los hijos son importantes, las mujeres tienen su papel muy definido y diferente al de los hombres. Autoridad fuerte, muchas veces abusiva.
2. Doméstica – Todavía un padre dominante pero con un énfasis creciente sobre los derechos individuales. Autoridad controlada. La familia es estable pero hay más divorcios debido a «los derechos» del individuo. Los papeles sexuales empiezan a desaparecer.
3. Atomizada – Enfasis total en el individuo y su «realización», sus derechos, su valor; el individuo llega a ser una unidad básica social en vez de la familia.
Características de la familia atomizada:
a. Muchos divorcios, la familia pierde su importancia.
b. Otros tipos de «matrimonio» surgen: en grupos, entre el mismo sexo, amantes, concubinaje, casa chica, etc.
c. Movimiento femenista y baja tasa de natalidad.
d. Menosprecio de padres y autoridades.
e. Aumento de delincuencia juvenil y promiscuidad.
f. El adulterio aumenta y es aceptado.
g. Tolerancia para el homosexualismo y otras perversiones.
Ahora bien, ¿en qué etapa está nuestra sociedad? ¿Cuál era el tipo de estructura que tus padres practicaban? ¿Cuál es la tendencia de tu matrimonio ahora? Son preguntas importantes si queremos tener un impacto positivo en la sociedad. Los cristianos debemos ser sal y luz para este mundo, y no dejar que el mundo nos imponga su molde (Mateo 5:14-16; Romanos 12:2). Por ello siento la necesidad de abordar un asunto relacionado a este problema.
Hay una etapa clave en la vida y el desarrollo social del niño: los primeros seis años de su vida. Es el tiempo cuando necesita la atención casi exclusiva de la madre durante el día, y del padre en el rato cuando llega del trabajo o en los fines de semana. ¿Por qué? Entre muchas razones, la más importante para mí es que es tu oportunidad para influir más en tus hijos. Necesitas echar mano a esta época de sus vidas para prepararlos antes de los años escolares cuando otros los tendrán por mucho más tiempo e influirán sobre sus vidas. Es el tiempo cuando los niños asimilan lecciones de sus papás y definen su papel sexual. ¿Dónde lo pueden aprender mejor? ¿En una guardería con encargados no-cristianos? ¿Con los familiares que quizá no pueden tomar el tiempo para educarlos en los caminos del Señor? ¿Con una sirvienta de casa que no tiene ni el interés ni la capacidad para enseñarles a vivir correctamente?
Actualmente hay un creciente interés en los derechos individuales que nos podrá llevar fácilmente a una despreocupación por los derechos de los niños y la familia como unidad básica de la sociedad. Se habla mucho de los derechos de los niños. Su derecho verdadero es ser educado, en los primeros años de su vida, en los caminos del Señor. Es un trabajo de tiempo completo. El papel de los padres muchas veces requiere el sacrificar los propios deseos y derechos. Por esto las parejas no deberían de tener hijos si no están dispuestas y/o disponibles a dedicarse casi exclusivamente a ellos en los primeros años cruciales. Mejor esperar hasta que haya esta disponibilidad/disposición. Si no te dedicas a tus hijos y prefieres dejar que otros se ocupen de ellos, puedes esperar seguramente algunos de los siguientes resultados:
- a. desobediencia – los «padres postizos» no suelen enseñar la obediencia
- b. inseguridad – no quieren despegarse de sus verdaderos padres
- c. confusión en los papeles sexuales cuando no han visto un buen ejemplo en sus padres
- d. ira contra los padres por «abandonarlos», la que se manifiesta en muchas formas
- e. algunos hábitos y costumbres indeseables que traen a la casa
- f. incapacidad emocional para expresarse con la familia.
Peor todavía los resultados cuando sean adolescentes y cuando tengan sus propias familias.
Yo sé que estoy tocando un nervio abierto de nuestra sociedad donde muchísimas mujeres estudian y esperan trabajar. La situación económica de nuestros tiempos casi exige que ayuden a ganar la vida. Sé que la psicología moderna asegura que no habrá ningún problema emocional para nadie, que el niño se desenvolverá más rápidamente, y sé que las presiones para trabajar son muchas. No obstante, mi consejo es seguir la enseñanza de Pablo en Tito 2:4,5: «Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la Palabra de Dios no sea blasfemada.»
Para poder cumplir con tal tarea, yo aconsejo que las madres se dediquen exclusivamente a sus niños en sus años preescolares. Un vistazo de Proverbios 31 convence a cualquiera que 1) hay mucho trabajo que hacer en la casa, y 2) la mujer puede ayudar con la economía de la casa, sin trabajar fuera de ella, durante estos años claves. Su contribución puede ser economizar en las compras, hacer ropa para la familia, tener una industria casera, y administrar sabiamente los recursos del hogar. Lo que tiene que «vencer» es la filosofía que dice que el trabajo de casa no es «digno». Para lograr una crianza estable y bíblica para los hijos en los años críticos de su vida van a tener que sacrificar muchas cosas que podrían hacer y comodidades que podrían conseguir si los dos fueran a trabajar. A la luz de la eternidad, ¿qué vale más: hijos bien educados en el hogar o cosas adquiridas?
Entiendo que a veces no es posible hacer las cosas de la vida moderna como quisiéramos. Es necesario hacer todo lo que podamos para tener vidas con todo lo necesario, pero tal vez el problema es que queremos mucho más. Creo que el camino de mayor satisfacción y mérito es hacer todo lo que podamos hacer para que nuestros hijos estén preparados para lo que viene en sus años escolares. Una sólida vida familiar cristiana da esa preparación.
Este mes voy a enviar dos archivos extras sobre los papeles del esposo y la esposa desde el punto de vista de la Biblia y la voluntad del Señor. Sugiero que se lean y se discutan en la pareja para tener una buena comunicación matrimonial sobre el tema.
Para matrimonios estables,
Samuel