FUNDAMENTOS PARA LA FAMILIA CRISTIANA 11 – Samuel Clark
LA CRIANZA DE LOS HIJOS 4
Queridos amigos casados:
Vamos a seguir sobre la crianza de los hijos. ¿Quieren criar hijos estables, íntegros y sanos? Entonces deben entender les va a costar tiempo. Si a corto, mediano y largo plazo no están dispuestos a darles este tiempo, pueden, desde ahora, olvidarse de cualquier sueño de nobleza y fortaleza para sus hijos, y resignarse a sufrir múltiples problemas con ellos. Con tristeza puedo decirles que he visto muchos casos, en varias culturas y aun en la familia de grandes cristianos, donde la falta de pasar tiempo con los hijos ha sido desastroso. No se engañen; no hay atajos, ni sustitutos, ni remedios milagrosos que cambien la regla: “Criar hijos es costoso”.
Y el mayor costo es tiempo, su tiempo. Veamos, a plazo largo, deben considerar que tienen un promedio de 20 años para hacer su contribución en la vida de cada hijo. Si tienen cuatro hijos, estarán criando hijos durante 25 a 30 años. Las implicaciones son tremendas. Si van a invertir tanto tiempo en esta empresa, deben tener como meta hacer muy bien su trabajo y llegar a ser experto. Además, deben buscar cómo gozar de ellos: no lo vean como una carga. Será largo el tiempo de la crianza y exigirá continuamente de ustedes mucho aprendizaje, así como cambios de mentalidad y actitud.
¿Ven por qué pregunté si están preparados para la tarea de criar a sus hijos? Dios se los da como una heredad (Salmo 127:3), es a saber, un terreno que necesita mucha inversión para producir algún fruto. Tendrán que:
- 1. Sembrar la buena semilla (la Palabra de Dios) y el buen ejemplo, y evitar en todo lo posible la siembra de mala semilla. Satanás hará todo lo que pueda para sembrarla. ¡No le ayuden!
- 2. Cultivar con corrección y disciplina la tierna plantita para que pueda crecer más, y para quitar la mala hierba, o sea, las cosas malas que los niños aprenden a hacer.
- 3. Abonar con actividades estimulantes para que las enseñanzas puedan dar fuerza a la planta en crecimiento.
- 4. Regar con sus oraciones continuas las vidas que Dios les encomienda.
- 5. Cosechar espiritualmente, en el momento apropiado, las decisiones y compromisos que sus hijos harán para asegurar que sean, antes que todo, discípulos del Señor.
Esta empresa importante demandará muchos años. No pueden empezar demasiado temprano, ni dejar de trabajar antes del tiempo señalado. ¿Qué pasará si no trabajan? Sus hijos llegarán a ser heredades inútiles, llenas de malas hierbas, de frutos amargos que afectarán no sólo sus propias vidas sino las de los hijos de ellos, y por supuesto sus vidas como padres. «El hijo sabio alegra al padre, mas el hombre necio menosprecia a su madre” (Proverbios 15:20).
A mediano plazo deben considerar que la crianza de sus hijos les costará tiempo pero un tiempo diferente en cada etapa de crecimiento. Cuando creen que ya son expertos, se darán cuenta de que ha empezado otra fase que requiere de Uds. un cambio de mentalidad y actividades. ¡Tendrán que seguir aprendiendo! Me he dado cuenta de que sólo hemos aprendido a criar a los hijos cuando el último sale de la casa. Es un aprendizaje constante y exigente.
Por ejemplo, cuando son chiquitos se llena el tiempo cuidándoles, “salvándoles” de una crisis tras otra. Esta etapa parece dominar las energías del papá y de la mamá quienes tienen que sacrificar muchas de sus actividades A.N. (“antes del niño”). Al principio lo toman como una diversión, pero luego empieza a cansar. En este punto algunos padres tratan de evitar el costo por medio de la negligencia o el cuidado mínimo. Si Uds. no están dispuestos a sacrificar sus vidas A.N., no deben tener hijos todavía. Si el niño no recibe el tiempo adecuado del papá y de la mamá, crecerá con muchos problemas de su sexualidad. Decidan dedicarle mucho tiempo en los años de su infancia.
Luego pasan a la etapa en que no hay que cuidarlos tanto físicamente pero ellos necesitan saber que Uds. están con ellos en su espíritu aunque están jugando en otro cuarto o en otra casa. Me refiero a la necesidad del niño de sentirse amado y cuidado, no olvidado o relegado. Por esto a cada rato el niño vendrá a ver dónde están sus papas, luego vuelve a su juego. Esta es la etapa de la seguridad emocional, y pobre del niño que no encuentra a su papá o mamá en casa porque ellos andan en sus cosas.
Sigue la etapa de la escuela primaria y secundaria. Están fuera de casa mucho. El tiempo que requieren de Uds. es cuando ellos están en casa: tiempo para ayudarles con sus tareas, tiempo para darles amor y consuelo en sus problemas. Este tiempo es clave en su desarrollo intelectual y emocional. Son muy activistas en estos años, y Uds. deben tomar tiempo para paseos y actividades especiales. Ellos harán sus cosas con o sin sus padres. ¡Mejor con ellos!
Cuando están en la prepa y facultad, no requerirán tanto tiempo de Uds., pero cuando lo quieren es vital. Las buenas comunicaciones dependen de tiempo – tiempo para hablar de cosas de poca importancia, tiempo para escuchar sus muchos intereses, tiempo para tratar temas profundos. ¡No dejen de estar allí cuando ellos les necesitan!
Por fin, a corto plazo, hay que aprender a darles esos tiempitos del momento presente y no decirles “Después hablamos”, o peor, “No me interrumpas, estoy haciendo algo importante”. ¡Ay, ay, ay! Ese tiempo cortito puede ganar o perder la batalla por una buena relación padre-hijo. Denles toda su atención en esos tiempos cortos. Lo que hacen y cómo lo hacen comunica mucho más de lo que piensan. La comunicación no verbal de fastidio, desinterés, desprecio, etc., cierra la puerta para una relación íntima con su hijo.
Sí, les costará tiempo en todo el sentido de la palabra, pero quiero decirles que vale la pena. Es invertir en otra vida. No es un “gasto” inútil; al contrario, es una inversión que puede traer ganancias eternas para el Reino de Dios, para sus hijos y para su propia vida. No dejen de darles el tiempo que necesitan a largo, mediano y corto plazo.
Para hijos sanos,
Samuel