FUNDAMENTOS PARA LA FAMILIA CRISTIANA 128 – Samuel Clark
CRIANDO A ADOLESCENTES Y JÓVENES
Queridos Amigos:
Una de las tareas más difíciles en el hogar moderno es la educación cristiana de los hijos en una cultura anti-cristiana. Es una tarea que se hace más difícil cada año que vive el niño dentro de un ambiente empapado con influencias satánicas que atacan los principios cristianos tanto abiertamente con juegos y programas de T.V. con monstruos, demonios y agresores como sutilmente con filosofías de orientación oriental que son religiosas en su origen idólatra.
También hay una fuerte influencia de niños compañeros, amigos, y enemigos y los famosos “bullies” que abusan a niños más débiles para establecer su poder sobre el grupo.
Y no debemos olvidar la poderosa influencia de la música que insinúa y siembra fantasías o sugerencias a la conducta no aceptable como una rebeldía contra la sociedad. La infame “Rap” usa lenguaje abusivo, sucio y agresivo para animar a los oyentes a explotar en violencia o auto destrucción.
Ahora, hemos llegado a otro nivel de invasión de afuera a las mentes de los jóvenes en los siempre presente teléfonos celulares de todo tipo. Los textos vuelan y tienen un impacto mayormente negativo en los jóvenes, quitándoles su atención a lo que está pasando en su alrededor y cautivando sus pensamientos para darles un escape de su realidad que no les gusta, no satisface sus pasiones y no les excita. Y ahora sirven de un medio para la pornografía con las cámaras telefónicas.
Conforme va creciendo el niño moderno, el mundo dominado por Satanás hace su conquista de su alma y lo domina más y más hasta llegar a ser joven adulto con los medios disponibles para hacer lo que quiere. Esto muchas veces resulta en daños de toda clase para otros, comenzando con su propia familia.
¿Es raro que haya tantos suicidios y homicidios entre jóvenes que han crecido bajo estas terribles influencias? Quiero recordarles que Jesús dijo que el ladrón sólo quiere hurtar, matar y destruir (Juan 10:10). Cristo vino para que tengamos vida (divina y eterna) y que la tengamos en abundancia. Yo afirmo que es la tarea de cada padre y madre cristiana no permitir la obra de Satanás y fomentar la obra de Cristo en cada hijo.
Voy a sugerir algunas medidas que padres cristianos deben practicar para lograr esta obra de Cristo en sus hijos. Espero que me escuchen y que Dios les abra la mente para hacer todo lo necesario para que sus hijos no caigan bajo el poder del ladrón de almas quien nos está atacando en todas partes, aún en nuestros hogares.
Primero, tenemos que admitir y reconocer que estamos en una guerra espiritual en este mundo moderno que es más terrible que en cualquier período de la historia. No aceptar esta realidad es un error fatal. Decir que estas “cosas de niños” no son dañinas, que es “normal”, que “todos los niños hacen esto” es el error más grande de padres cristianos en el día de hoy. Tenemos que despertarnos a la realidad o vamos a perder a nuestros hijos. ¿Cómo podemos llegar a esta convicción? Convivir con nuestros niños y observar todo lo que están haciendo – viendo, oyendo, jugando y hablando. Muchos padres ni saben lo que sus hijos están recibiendo constantemente del mundo de afuera. Y al observarlo deben analizar “el mensaje” que están absorbiendo. ¿Es cristiano, bueno, edificante? Si no, estamos en un problema grave, pues, lo que no es bueno es malo, ¿no?
Nos urge buscar a Dios y en oración diseñar un plan para poner la influencia positiva y poderosa de Cristo en el diario vivir de nuestro hogar para que los hijos vean la diferencia entre el mensaje del mundo y el mensaje de Dios. La Biblia tiene que llegar a sus corazones para cambiar sus pensamientos de lo malo a lo bueno. Pero hay que hacerlo con sabiduría, no forzándoles a leer la Biblia sino con métodos que ellos usan todo el tiempo: películas cristianas con un mensaje de luz, música de jóvenes cristianos que comunica el Evangelio en una forma agradable, programas de ciencia con un mensaje cristiano, libros para jóvenes con testimonios e historias de la vida cristiana, etc. Luego es urgente tener tiempos familiares para leer y explicar la Biblia.
Otra manera de influir en ellos es pasar tiempo con ellos en actividades positivas que afectan no sólo sus cuerpos sino también sus mentes: juegos físicos, deportes caseros, caminatas, visitas a museos, etc., sustituyendo aquellas influencias malas con buenas. Por supuesto esto cuesta tiempo y energía de parte de todos, pero es una inversión en su desarrollo sano. Tal vez este tipo de actividad entre padres e hijos es el factor más determinante en el establecimiento de relaciones de confianza y aceptación. Todo hijo busca aceptación. Si no la encuentra con los padres la buscará con los amigos, y esto puede ser un paso a la vida mal orientada. Creo que los padres no saben cuánto necesitan sus hijos hacer cosas como familia. Los padres suelen ser tan egoístas que llenan su tiempo con actividades fuera de la casa. Y cuando están en casa se meten con la T.V. en vez de buscar estar con sus hijos.
La cruda verdad, amigos, es que la mayoría de los padres están contentos con comprarles a sus hijos juguetes y aparatos de comunicación con el mundo para mantenerlos ocupados y contentos. Así los papás puedan hacer lo que ellos quieren hacer, que muchas veces es casi igual a lo que están haciendo sus hijos pero en un nivel más “adulto”. ¿Te has fijado cuánto tiempo pasas viendo TV. o jugando juegos en la computadora en vez de estar con tu pareja o con tus hijos? Luego nos quejamos de la falta de amor en la familia porque todo el mundo hace lo que quiere. En muchos hogares se está destruyendo la vida familiar por este egocentrismo individual.
También el trabajo es un enemigo de la comunión familiar en muchos hogares. El trabajo es necesario y bueno, pero no a toda hora. Debe ser ordenado y controlado para tener tiempo para todas las cosas necesarias para desarrollar a los hijos.
Esta educación de los hijos como buenos cristianos no es nada fácil y por algunos años requiere mucho tiempo. No podemos lograrlo si no estamos dispuestos a sacrificar cosas personales. Tanto el papá como la mamá tienen que estar de acuerdo y ayudarse a llevar a cabo esta tarea. No tendremos que hacerlo todo. Grupos cristianos para jóvenes, deportes, campamentos, etc., son de ayuda si se escogen con oración y cuidado. Pero no hay sustituto para el papá y la mamá en este proceso largo con los hijos.
Hagamos el voto al Señor y cumplámoslo de dar el tiempo necesario para lograr que nuestros hijos sean más influenciados por su tiempo con nosotros que por las influencias del mundo. Luego en la vejez vamos a tener hijos “amigos” que quieren estar con nosotros hasta el fin.
Abrazos, Samuel