FUNDAMENTOS PARA LA FAMILIA CRISTIANA 16 – Samuel Clark
LA CRIANZA DEL HIJO VARÓN
Queridos Padres de hijos varones:
Ha salido recientemente un libro por el conocido autor Dr. James Dobson sobre la crianza de hijos varones. Hasta ahora sólo he visto un resumen de sus puntos principales pero es suficiente para convencerme de su valor (y de mis propios errores con los nuestros). Espero que pronto salga en español para el provecho de todos. Uno de los puntos es que los niños varones son más difíciles de criar, por sus características varoniles como la inquietud, la competividad, la rebeldía contra autoridad y la curiosidad que constantemente les mete en problemas. Otro punto básico es su necesidad de un modelo paterno de amor y disciplina pero también compañerismo con su papá. No es solamente para que se desarrolle mejor como varón (muchos “homosexuales” no recibieron esto) sino también para desarrollar su relación sana con Dios Padre. gualmente la niña necesita una imagen paterna amorosa pero con disciplina para confiar en Dios Padre. Aparentemente los que buscan a una “diosa madre” nunca tuvieron una buena relación con un papá estable, fiel y justo.
En mi lectura de I Samuel 1 al 3 este año, no pude olvidar estos puntos al ver los errores de Elí, el Sumo Sacerdote, con sus dos hijos, también sacerdotes, jóvenes malos ante los ojos de Dios. Por más que Elí trató delicadamente a amonestarles, no pudo cambiarles. Yo pienso que ya era tarde. La única solución hubiera sido entregarles a la justicia del pueblo que se quejaba de sus prácticas pecaminosas. Esto habría sido fatal para ellos y Elí no pudo hacerlo. Por esto el Hombre de Dios y luego el niño Samuel fueron los portavoces del juicio divino contra ellos y toda la casa de Elí. Trágico fue el fin de los dos, no sólo para Elí quien murió al oír la noticia sino para todo el pueblo de Dios cuando el Arca del Pacto fue capturada por los filisteos. Todo este desastre vino porque un “siervo de Dios” no supo criar a sus hijos varones en el temor de Dios.
En este día de tantas tentaciones para los jóvenes, urge aprender cómo criar a nuestros hijos varones para que puedan resistir estas fuerzas del maligno que enfrentan desde muy temprano. Los papás tienen que hacer su parte, recordando cómo somos y cuáles fueron nuestras luchas y debilidades, desarrollando la amistad y compañerismo social y lo espiritual (Lucas 2:52). Las mamás tienen que hacer su parte, apoyando esa relación padre-hijo sin celos, recordando que no son niñas y que no los va a entender bien, a menos que haya sido única hija con muchos hermanos varones. La mamá sometida a su esposo da el modelo que el hijo varón necesita para someterse también a su padre y a otras autoridades: maestros, entrenadores de equipo, líderes civiles y religiosos, etc. La mamá siempre va a ser importante para que el varón tenga una estima alta de las mujeres y un ideal para su propia esposa algún día. Pero el papá tiene el papel clave en el crecimiento normal de un niño a la adolescencia, pubertad y juventud sana que Dios quiere.
Creo que entre los muchos puntos prácticos, hay dos áreas donde los papás fallan más que en cualquier otra: tiempo personal para desarrollar la amistad, y la forma correcta de disciplinar al hijo. Hablando como padre de tres varones, puedo testificar que estos dos puntos son sumamente difíciles para los papás modernos. Generaciones atrás los papás, y los niños, pasaban mucho más tiempo en casa. Hoy día tanto los papás como los hijos pasan mucho tiempo fuera de la casa y con otros que no son familia. Por esto quisiera que los papás piensen conmigo sobre cómo podrán cumplir en estas dos tareas.
Todos tenemos la misma cantidad de tiempo en un día, en una semana o mes. Todos tenemos la responsabilidad de administrar sabiamente ese tiempo, asignando prioridades a las diferentes actividades que creemos que debemos lograr cada día, semana y mes. Yo aconsejo a los papás que tomen una agenda o calendario (uno que tiene espacio para cada día) y que planeen tiempo para cada hijo que Dios les ha dado. Para las hijas, ese tiempo puede ser una cita, sus primeras experiencias con un varón que serán el modelo para sus futuras citas como señorita. Pero para los hijos varones la cita va a ser muy diferente.
Pondrá la pauta para todas sus amistades sanas con otros varones amigos por el resto de su vida. Las actividades serán muy varoniles. El objetivo es hablar hombre a hombre sobre los asuntos que les interesan, inquietan y confunden de su hombría. Recuerden, papás, las grandes preguntas que tenían de niños que tal vez fueron contestadas muy mal en la calle con otros niños. En la amistad varonil debe haber muchísima confianza antes de llegar a la transparencia. Cuesta tres cosas: 1 tiempo, 2 tiempo y 3 más tiempo. No roben a sus hijos de esta amistad costosa. Pienso que éste posiblemente fue el error principal de Elí. Fue mi error más grande como papá, especialmente en los años de la secundaria y la prepa que son tan importantes.
La segunda falta grande de los papás que quiero tratar es la disciplina de un hijo varón. La palabra disciplina no es solamente un castigo. Disciplinar es enseñar la obediencia.Castigo es la paga de una desobediencia. Con una disciplina considerada, consistente y compasiva no habrá tanta necesidad de un castigo, especialmente entretanto el niño crece a ser un niño responsable que sabe pensar bien lo que está haciendo.
Consideración es tomar en cuenta la edad, el temperamento, la capacidad intelectual y física del niño en todo lo que esperamos de él. Implica que enseñemos, motivemos y ayudemos al niño a obedecer en esas cosas – pocas al principio y más cuando puede llevar más responsabilidad. También implica que cuando haya desobedecido, el castigo sea igualmente pensada y adaptada a él.
Consistencia es no hacer acepción de personas, ser justos y constantes. Una causa de la irritación en varones ante la disciplina es cuando a veces es dura, a veces suave, o no existe. Nunca están seguros cuando el papá es inconsistente.
Compasión es especialmente importante en la aplicación de un castigo físico. Por ser varón el papá suele aplicarla como si el niño fuera mucho más grande, en ira desmedida. Aun en los castigos no físicos se necesita esta compasión para aplicar la disciplina adecuada.
Quiero enfatizar que estas tres cualidades requieren mucha oración de parte del papá y una comunión constante con Dios. Si Su Espíritu no nos controla en esta área vamos a ser muy carnales, y la disciplina dañará en vez de ayudar al niño a ser santo y justo (Heb. 12:11). No hay excusa para los abusos físicos que tanto afligen a los hijos en estos días. Esos padres son violentos porque no son controlados por el Espíritu Santo sino por un espíritu maligno. “La ira no (nunca) obra la justicia de Dios.” Mejor orar y esperar hasta que el Espíritu Santo controle el corazón antes de disciplinar a un hijo (de cualquier sexo). Esto también debe ser un ejemplo de cómo el Padre Dios nos disciplina.
Todo nosotros los padres hemos tenido nuestras victorias y nuestras fallas. Miremos hacia el futuro y las victorias que pueda traer, y no a los errores del pasado.
Para familias sanas,
Samuel