FUNDAMENTOS PARA LA FAMILIA CRISTIANA 44 – Samuel Clark
PADRES / MADRES SOLTEROS
Queridos amigos padres/madres:
Tal vez les extrañe mi saludo diferente en esta carta pero me han llamado la atención al hecho de que hay muchos padres o madres que no están casados hoy en día. No sé qué porcentaje hay en tu país de niños que no tienen a su propio padre o madre en su hogar de ahora, pero sospecho que sería similar a la cifra que acabo de leer en una publicación de EUA: 34% de los niños no están viviendo con sus padres biológicos.
Las razones son varias. Viudos o viudas están solos frente a la tarea de la crianza de sus hijos. Otros divorciados tienen la gran responsabilidad de proveer, educar y cuidar a sus hijos solos. Otros se han casado de nuevo pero sienten que sus hijos no reciben el apoyo necesario del padre/madre nuevo. Lo mismo podrían decir muchos que aunque sigan con su pareja original sienten que está muy “ausente” en el hogar y en la crianza de los hijos.
Esta es la realidad para muchos padres e hijos en estos días. Estoy convencido de que el viejo dicho, “Es mejor ir solo que mal acompañado”, tiene razón en casos donde hubo (o aún hay) abusos físicos, emocionales o espirituales. Pero el divorcio no es la respuesta, sino que el padre o la madre que no esté aportando como debe en su hogar debe ser ayudado a corregir su gran falta.
Una madre soltera me ha animado a compartir palabras de consejo para los que están en esta situación. Mi primer consejo es: Recordar que Dios está cerca de Uds., siempre listo y deseoso de guiarles y enseñarles. No se sientan culpables o incapaces de ser buenos guías para sus hijos. Si hemos confesado nuestros pecados a Dios por medio de nuestra relación con Jesucristo nuestro Salvador, El nos ha perdonado y limpiado (1 Juan 1:9) y ha prometido no acordarse nunca de ellos (Heb. 10:17). Es lo que todos necesitamos para comenzar a hacer cualquier cosa que Dios nos manda hacer, y nos hace aptos para toda obra buena. El Apóstol San Juan lo llama “andar en luz como El está en luz” (1 Juan 1:7).
Arreglen su horario para que tengan tiempo personal de calidad con cada hijo. Esto es vital para desarrollar una amistad necesaria para poder ser el mentor y guía adecuado. Pasar tiempo con un hijo incluye ratos de juego y diversión, apoyo en sus tareas escolares, conversar acerca de sus actividades y problemas, tiempos de oración y la lectura de la Biblia. Ser el mentor principal de sus niños implica que tendrán que sacrificar algunas actividades personales, pero así probarán a sus hijos lo importante que son para Uds. y que los aman muchísimo.
A nadie le gusta aplicar castigos a los hijos y es aún más difícil para Uds. porque no hay quién les apoye en asegurar que ellos obedezcan las normas de conducta estipuladas. Sólo así pueden crecer en una atmósfera de mutuo aprecio y paz en el hogar. Es más difícil para Uds. dar una crianza equilibrada de amor y obediencia. Los abuelos pueden añadir su influencia pero tienen que estar de acuerdo con las reglas que Uds. han establecido. Pidan mucho a Dios que les dé la sabiduría en esta área (Santiago 1:5).
La falta de enseñanza en las Escrituras es la causa de muchos de los problemas de los adolescentes. ¿Se sienten inaptos para enseñar las Escrituras? Uds. pueden lograr mucho con una lectura y pequeña discusión de los puntos más importantes cuando lo hacen diariamente. Busquen el mejor tiempo para todos, quizá a la hora de la comida o antes del descanso nocturno. Ustedes aprenderán juntamente con sus hijos grandes cosas de Dios.
He aprendido una buena idea de unos amigos: oran con sus hijos en el coche en camino a la escuela o a las diferentes actividades. Ese tiempo de viajes diarios les enseña que pueden ponerlo todo en manos de su Padre Celestial y que El les está cuidando. Esa dependencia de Dios es uno de los mejores ejemplos que podrán dar a sus hijos. Lo que ven es lo que van a hacer cuando tengan necesidades o problemas más adelante. Pobres los niños que crecen sin el bendito ejemplo de padres creyentes que oran por todo.
Una última palabra de consejo: los niños necesitan el ejemplo de ambos padres para el desarrollo de sus propias personalidades y la vida sexual normal. En los casos de la falta del papá biológico, el niño masculino necesita de patrones buenos. Tíos, compadres y amigos pueden fungir como buenos modelos. También hombres que trabajan con niños en iglesias o clubes. Claro, esto tiene sus peligros en estos tiempos de tantos abusadores de niños y niñas en escuelas y en actividades de grupo. Obsérvenlos bien, animen a sus hijos a confiarles cualquier duda. Oren por unos buenos modelos para sus hijos, pidiéndole a Dios al mismo tiempo que los guarde de los malos.
Agradecería mucho las sugerencias de otros para poder compartirlas con mis amigos en otra ocasión. Hay mucha necesidad en esta área de enseñanza fundamental para la familia cristiana.
Abrazos,
Samuel