FUNDAMENTOS PARA LA FAMILIA CRISTIANA 72 – Samuel Clark
CUÁN FIRME FUNDAMENTO
Queridos amigos:
Un himno antiguo dice así en su primera estrofa: “Cuán firme fundamento ha sido puesto para el pueblo de Dios en Su Palabra.”
El fundamento de una casa es la parte más importante. Quiero sugerir para su consideración que el fundamento de la familia cristiana es ciertamente la revelación divina escrita por profetas y apóstoles bajo una inspiración directa de Dios por Su Espíritu:
“Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto (maduro), enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Tim. 3:16,17)
“…ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Sano hablaron de parte de Dios.” (2 Pedro 1:21)
En el Antiguo Testamento los profetas decían “Así dice Dios…” con toda confianza. El cumplimiento de centenares de sus profecías es evidencia amplia de la verdad de sus afirmaciones.
En el Nuevo Testamento hay muchas evidencias de la veracidad de los escritos de los evangelistas y apóstoles porque eran testigos oculares de las cosas que escribían (1 Juan 1:1-3; 2 Pedro 1:16-18; Juan 19:35) o habían recibido revelaciones directas del Señor (1 Cor. 11:23-26; 15:1-4; 2 Cor 12:1-5). La iglesia primitiva se nutría de estos testimonios y fácilmente comprobaba su veracidad en sus vidas cambiadas. Ahora en el Siglo XXI nos cuesta aceptar estas palabras como veraces y exigimos pruebas científicas, sin darnos cuenta de cuán fácilmente somos manipulados por datos falsos, incompletos y equivocados de los que quieren vender sus productos.
Por 1500 años los cristianos no poseían copias de la Biblia hasta que Gutenberg inventó la imprenta. Desde aquel día más Biblias han sido impresas que cualquier otro libro en la historia humana. ¡Qué privilegio más grande tenemos ahora de poseer nuestra propia copia de la Biblia en buenas traducciones con muchas ayudas para el estudio personal!
Ahora, el problema actual: teniendo este gran tesoro y sabiduría divina, no se lee, no se estudia, no se practica, así que no es un fundamento firme para la mayoría de los matrimonios. “Poseer la Biblia” no es lo mismo que estar fundamentado sobre ella. Jesús trató de aclarar esto a los judíos que se jactaban de conocer las Escrituras pero no fundamentaban sus vidas en ellas. “¿Y por qué me llamáis: ‘Señor, Señor’, y no hacéis lo que yo digo? Todo el que viene a mí y oye mis palabras y las pone en práctica, os mostraré a quién es semejante: es semejante a un hombre que al edificar una casa, cavó hondo y echó cimiento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el torrente rompió contra aquella casa, pero no pudo moverla porque había sido bien construida. Pero el que ha oído y no ha hecho nada, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin echar cimiento; y el torrente rompió contra ella y al instante se desplomó, y fue grande la ruina de aquella casa.” (Lucas 6:46-49)
“Oír” es más que escuchar de vez en cuando en la iglesia. Es más que leer la Biblia y estudiarla. Es más que memorizarla. Los fariseos hacían todo eso y más. Lo que no hacían era buscar la voluntad de Dios en la Biblia, lo que Dios quiere que hagamos. Este “oír” es con entendimiento como dijo Jesús hablando de la semilla que cae en buena tierra (Mateo 13:23) y produce fruto. Significa “guardar la Palabra” como algo valioso y esencial, algo que puedo experimentar por la fe cada día.
¿Cómo evalúas tu fundamento para tu familia? ¿Te das cuenta que la mayoría de nuestras decisiones no toman en cuenta la Palabra de Dios, sino más bien la sabiduría humana encontrada en libros, tecnologías, anuncios comerciales o lo que dice la gente? Si no tomamos la Palabra de Dios en serio, ¿cómo puede ser el fundamento firme para nuestro hogar? ¿Qué diría Jesucristo de la firmeza de tu fundamento familiar?
Tengo unas sugerencias prácticas para “oír” la Palabra.
Léanla diariamente. Busca algo acerca de Dios mismo y algo práctico que El quiere que tú hagas. Aun mejor es leer la Biblia con la pareja, y con la familia.
Memoricen versículos importantes en la familia y repásenlos a menudo. ¡Cuántas veces Dios me ha hablado de un texto que estoy repasando! Pocos tienen esta costumbre y es una pérdida grande para su firme fundamento.
Oren la misma Palabra, aplicándola a sus vidas actuales. Los Salmos son buenísimos porque muchos son oraciones. A veces una nueva verdad puede ser oída y obedecida cuando estamos orando.
Cuando tienen que tomar una decisión que afecta a la familia, tomen un tiempo juntos para “oír” a Dios. Pueden abrirse a Dios pidiendo que El les recuerde de cualquier pasaje conocido que podría ser aplicable a la necesidad expresada. O pueden hacer un estudio bíblico como familia, buscando referencias paralelas o notas en el margen de la Biblia para “oír” a Dios.
Mi consejo es que tomen una de estas sugerencias y la pongan en práctica inmediatamente. Después de un tiempo, tomen otra para la práctica y así continuar añadiendo prácticas que van a ser de ayuda para la familia. Nunca es fácil romper viejas costumbres pero urge poner buen fundamento con nuevas costumbres. Jesucristo no nos prometió una vida fácil. La vida de firme fundamento es una vida disciplinada. Podemos poner buen fundamento con Su ayuda.
Abrazos,
Samuel