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LA MASTURBACIÓN: UNA PASIÓN JUVENIL – PEDRO LÓPEZ
Este comentario pretende mostrar que la masturbación es una desviación del diseño original que Dios tiene para el uso del sexo y que puede traer consecuencias adversas a tu vida si la practicas; pero también se quieren resaltar las bendiciones que trae el dejar esta área en las manos de Dios. La idea es que este trabajo sirva de ayuda para que el comportamiento del joven y/o adulto cristiano en esta área sea en base a una postura definida por lo que Dios dice y no por lo que el mundo dicta.
….» Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios»…
2 Cor 7:1
Realizado por Pedro López, con la cooperación de: Mara de López, Samuel Edelstein Jr., Gustavo Rivera y Dra. Evangelina Valdés. Junio de 1995.
LA MASTURBACION: Una Pasión Juvenil
Un punto de vista bíblico para ayudar a cristianos.Una pasión en el sentido bíblico es un deseo ( del corazón o de la carne) que nos lleva a querer y/o codiciar lo que nos deleita, agrada o complace a nivel carnal. Puede ser algo vergonzoso (Rom. 1:26), juvenil (2 Tim. 2:22) o inclusive algo de todo ser humano (Santiago 4:1). No es malo bajo el control divino, pero fuera de él puede inclusive destruir nuestra vida.
Todos hablan del tema, pero pocos proponen buscar la perspectiva de Dios en la situación. Es un hecho del que se habla comúnmente entre los adolescentes como una más de las «nuevas » experiencias que descubren en la vida, pero que nunca se maneja abiertamente por el carácter íntimo que involucra el hecho. Nunca se valora su costo en nuestras vidas y mucho menos los peligros que nos puede brindar aún como casados.Hay muchas posibles circunstancias que favorecen el comienzo de su práctica, desde mera curiosidad, hasta presiones, soledad, engaño, etc…, lo cierto es que es una nueva sensación agradable para la carne pero conflictiva para el Espíritu. Si bien la Biblia no habla abiertamente del tema como tal, sí pone los límites dentro de los cuales el sexo y la sexualidad pueden funcionar de acuerdo al diseño divino, señalando también todo aquello que podemos considerar como desviaciones. El pasaje clásico de la Biblia empleado en este caso es el de Génesis 38:8-10, en donde Onán (segundo hijo de Judá, Gn 38:4) contrae matrimonio según la ley (Deut. 25:5-10) con Tamar (viuda de su hermano Er, Gn 38:6,7 ) y se niega a cumplir con la práctica tradicional, no queriendo darle a su hermano descendencia para heredar sus bienes; por tal motivo Dios castiga con su muerte esta transgresión a la ley. Cierto es que tenía contacto sexual en la relación, pero vertía su sémen fuera del cuerpo de la mujer; lo que muchos consideran como una forma clara de masturbación. Parece que el motivo era evitar fecundar a su mujer y no el usarla como instrumento egoísta de placer. Pero te invito a leer el pasaje y sacar tus propias conclusiones sobre este caso particular.En el presente estudio queremos tocar todos los principios bíblicos que se pueden aplicar al caso, para tener una perspectiva amplia que nos permita valorar sin prejuicios el valor de esta actividad. Trataremos también de calificar a la masturbación, en función de sus consecuencias, como buena o mala para la vida en general del que la practica y en particular para la vida espiritual de quien conoce a Cristo personalmente. Finalmente trataremos de valorar las ventajas y desventajas que tiene el dejar este tipo de práctica en las manos de Dios.
INTRODUCCION. – Desde el punto de vista biológico el hombre es un animal que debe realizar funciones propias de todo ser vivo, tales como: alimentarse, relacionarse y reproducirse. El hecho claro,es que para que la vida se mantenga deben producirse nuevos organismos, pues el período de vida de las especies es limitado. El mecanismo empleado en el caso del hombre es el tipo de reproducción sexual.
Es obvio en el ser humano que los órganos sexuales del varón son «externos» y más visibles que los de la mujer. En el primer caso la función sexual y excretora van unidas en un sólo órgano (el pene), mientras que en la mujer existen dos órganos (vagina y uretra). Los órganos encargados de producir los espermatozoides ( células sexuales masculinas) son los testículos, mientras que los óvulos (células sexuales femeninas) se generan en el ovario; la unión de ambas células promovida por el acto sexual y desarrollada en los órganos internos femeninos se conoce como «fertilización», hecho con el que comienza la vida de un nuevo ser.
Desde los once años aproximadamente los ovarios producen estrógeno, una hormona que controla la liberación de un óvulo por mes en la mujer; mientras que en el varón desde alrededor de los trece años los testículos producen la hormona testosterona, que controla la producción de espermatozoides. Las mujeres nacen con todos los óvulos que necesitarán para su vida, mientras que los hombres producen contínuamente (cada 65 días) ezpermatozoides. De los millones de ezpermatozoides producidos sólo uno fertiliza al óvulo en una relación sexual. Estos cambios hormonales promueven cambios físicos-biológicos que dan el «toque final» en la última etapa de desarrollo de un individuo (pubertad) para llegar a la maduréz física.
En el interior del núcleo de cada una de las miles de millones de células que forman un cuerpo humano, existen unas estructuras delgadas y filamentosas llamadas cromosomas, las cuales contienen los genes o factores hereditarios que caracterizan a la nueva criatura y que son aportados en la unión del óvulo-espermatozoide por los padres. Genéticamente de los 23 pares de cromosomas que tiene el ser humano, un sólo par determina el SEXO. Hay espermatozoides que portan cromosomas «X» y otros que portan cromosomas «Y», que al unirse con el óvulo que siempre tiene cromosomas «X» definen el sexo del nuevo ser.Así cada una de estas células sexuales aporta un cromosoma al nuevo ser para determinar o conformar el sexo del mismo: «XX» = Niña ó «XY»= Varón.
Todo lo anterior nos indica que hay un «diseño» original de cada ser diferenciado por aspectos internos (genéticos) y externos (físicos), que habla de un orden natural de las cosas y de un sexo bien definido desde el nacimiento. Los aspectos externos del individuo se completan en su última etapa de desarrollo ( pubertad o juventud) haciendo varias distinciones entre los sexos: voz, forma física, fuerza, vello facial, etc.; mientras que los aspectos internos (salvo deformaciones) están dados orgánica y celularmente de origen. Ese diseño original también parece diferenciar claramente el uso del sexo como complementario de los dos existentes y fundamental en el proceso reproductivo.
El uso del sexo no se cuestiona en la naturaleza, pues es empleado de acuerdo a su diseño para la reproducción de las especies. Lo cierto es que la masturbación no se observa que ocurra en animales excepto en el ser humano, lo que habla claramente de que NO es una necesidad fisiológica natural, postura que avala cualquier libro médico serio también respecto del ser humano. La mayor parte de «científicos» que promueve esta actividad como algo natural y bueno en el ser humano son psicólogos y psiquiatras, separando la parte emocional de la física; pues no existe ninguna justificación meramente fisiológica para el acto desde el punto de vista médico.
El procurarse solitariamente algún tipo de goce sexual sólo acontece en el ser humano, pues es el único ser del mundo que cuenta con: libertad, inteligencia y voluntad; los cuales son ingredientes importantes en cuanto al uso que el hombre le puede dar al sexo en función de sus convicciones. Lo que es indudable es que este comportamiento, es simplemente contra la naturaleza conocida, la cual por nuestra fé (Heb 11:3) entendemos como constituída por Dios desde el comienzo.
Desde luego en el contexto bíblico, el hombre es una criatura diferente y superior a los animales (Gen 1:26) desde el comienzo, que no proviene de la evolución sino de una creación particular de Dios; en donde el plan de complementarlo tampoco se da con seres diferentes sino de la misma especie (Gen 2:20,22) en una manera íntima y profunda. Existe por tanto un diseño original para el hombre y la mujer, tanto en su forma como en sus funciones, dado por el CREADOR desde el comienzo.
UNA DEFINICION INICIAL – Comencemos por describir a la masturbación como la acción de producir el orgasmo mediante la excitación de los órganos sexuales con la mano o cualquier otro medio sin que haya necesariamente una relación sexual, bien se trate de un varón o de una mujer. Para tal efecto el orgasmo se considera como el punto máximo de excitación o climax de la respuesta físico-emocional obtenible en una relación sexual. Si bien la masturbación NO es propiamente una relación sexual* como lo define la Biblia y que posteriormente veremos, sí es una manera individualista de promover la excitación de los órganos sexuales con el fin de obtener un placer satisfactorio. Este proceso trasciende el aspecto físico en el sentido que involucra a todo el organismo: emociones, sentimientos, fisiología, etc.
Al hablar de lo que es un comportamiento sexual «normal» en la sociedad, la gente se refiere a lo aceptable, haciendo así esta descripción subjetiva y relativa al consenso de la mayoría. Los psicólogos en general consideran a la relación heterosexual (varón-mujer) como ideal y por tanto, todo aquel que la substituye con algo diferente hace algo anormal, como el que tiende a masturbarse. Bíblicamente, sin embargo, la normalidad del sexo se da dentro del contexto matrimonial y lo anormal fuera del mismo: fornicación, adulterio, homosexualidad, sodomía, masturbación, etc. Es claro que Dios es quien «inventó» el matrimonio y no el hombre, por lo que si queremos saber la verdad sobre el asunto como cristianos, debemos recurrir a examinar SU opinión en la Biblia.
Para establecer lo que debe considerarse como una actividad sexual normal (para el hombre sin Dios) el Dr. Alfred Kinsey y sus colaboradores, entre las décadas de los años cuarenta y sesenta, realizaron una serie de encuestas sobre la vida sexual del varón y la mujer. Según él las principales formas de acceder al orgasmo son: la masturbación, los sueños nocturnos, las caricias amorosas, las relaciones heterosexuales y las relaciones homosexuales. Pero hay que reconocer que para el mundo, una vida sexual sana es relativa a lo que cada quien considere como tal. A partir de los informes de Kinsey, se sabe que la «cima» de la masturbación tiene lugar en la adolescencia, aunque muchas personas continúan practicándola a lo largo de su vida adulta; también se sabe que es más frecuente en las clases sociales que cursan más estudios y en los varones más que en las mujeres.
La masturbación actualmente desde el punto de vista psicológico se considera como una actividad inofensiva en el joven, pero que refleja inmaduréz en el adulto. Sin embargo sí se considera como peligrosa en potencia, cuando separa el sexo de la sexualidad, lo que trae problemas. También los psicólogos están de acuerdo en que la búsqueda solitaria de placer sexual que la masturbación promueve nunca podrá competir con el goce compartido de la relación sexual matrimonial. La inquietud por la salud mental en conexión con la masturbación surge de la naturaleza de las «fantasías» empleadas para acompañarla. Algunas veces se opina que su práctica libera de tensiones sexuales a quien la practica, pero NUNCA se dice que puede esclavizar a quien la hace parte de su vida como llega a suceder (Rom. 6:16). Es una autosatisfacción del deseo, que genera culpabilidad por NO estar encaminado dentro del diseño para el cual el SEXO fué planeado.
La masturbación es libre, egoísta, placentera, no requiere ningún esfuerzo y puede crear una ilusión de amor. En la mayoría de los casos en el varón, las imágenes y los pensamientos eróticos estimulan el placer sexual; mientras que en la mujer, son más las emociones y los sentimientos su motivación. La curiosidad sobre conocer más del Sexo, puede traer adicción a la llamada pornografía, que básicamente es la aceptación de obras escritas con o sin imágenes, audiocasetes, videocasetes, llamadas telefónicas, etc…, como fuente de excitación y gratificación sexual, lo cual sucede por lo general en personas con comportamiento sexual «anormal». Así la imaginación puede llegar a ser un motor que mueva la búsqueda de nuevas y excitantes formas / situaciones que nos estimulen sexualmente.
Lo cierto es que el cristiano joven o maduro, soltero ó casado, cae en este «vicio» de la carne por la información que recibe del mundo y por la falta de una perspectiva adecuada de lo que Dios dice. El conflicto surge al cuestionar la normalidad del hecho y más aún, su moralidad. Los pretextos para promoverla sobran, pero no así las soluciones para el que vive con esta práctica. En este sentido debemos aclarar que la moralidad se refiere a la valoración de lo bueno y lo malo en función de un punto de referencia sea humano (Psicología, Sociología, Política, etc.) o divino ( Dios, Religión, etc.); en nuestro caso como cristianos la referencia es la Biblia como la Palabra de Dios.
LAS PRESIONES DEL MUNDO REAL – El joven tiende a poner importancia en el sexo en función de la belleza y los deseos, el mundo al mismo tiempo enseña la Filosofía del «Sexo Libre» en donde el Sexo es lo máximo y lo que hagas al respecto es relativo con tal que lo disfrutes. Desde luego no hay que pasar por alto la perspectiva atea que considera al hombre como mero animal, en donde el sexo es una función biológica amoral. En este último caso vale la pena mencionar que sin Dios, no hay un sentido para hablar de moralidad, pues no hay ningún punto de referencia absoluto y por tanto, todo se vuelve tan relativo como cada quien quiera creerlo.
De cualquier forma el área sexual se maneja como un «tabú» en la vida, como lo «prohibido» e «intocable». El caso de la masturbación, no es diferente y se maneja como un asunto incómodo que es más fácil evadir que enfrentar. Sin embargo, debido a nuestra fé, tarde o temprano debemos enfrentar este asunto en base a nuestras propias convicciones. La tendencia del medio que nos rodea nos enseña que lo idóneo es «dejar fluír libremente» los deseos de tu carne, «no poner trabas» en los deseos de tus ojos y «clavarte» en todo lo que es intrascendente en la vida, llevándonos así a una manera de vivir vana, egoísta, relativa y sin ningún sentido de lo eterno. (1 Jn 2:16)
Las presiones sexuales en el mundo son poderosas y casi siempre intentan forzarnos a dejar el uso sano que Dios ha diseñado para esta área de la vida, deformando la manera de verla, de tal forma que parezca que el problema que tenemos los cristianos es el de un Dios prohibitivo (Gen 3:1-5) que nos niega las «cosas buenas» de la vida.
Lo que sí es claro es que el cuerpo que tenemos tiene un SEXO bien definido (Gen 1:27) por el creador desde el comienzo, entendiendo como tal, la condición fisiológica que diferencía al varón de la mujer desde su nacimiento, y aún más determinante en cuanto al sistema reproductivo se refiere. Esta condición, aún cuando se sufra un accidente o cirugía especial que modifique nuestros miembros, NO cambia nuestra naturaleza mientras vivimos. Pero también hay que hacer notar que la consciencia en la mente del sexo así como la reacción emocional/psicológica y su empleo es un fenómeno más complejo que denominaremos simplemente SEXUALIDAD.
Así podemos establecer sin duda alguna que el sexo está dado de origen desde que se nace; mientras que la sexualidad se manifiesta durante el desarrollo del individuo en diversas etapas. El sexo sólo afecta el cuerpo, pero la sexualidad afecta todo el ser. Desde luego también hay que mencionar que Dios diferencía claramente a su criatura desde que nace como varón o como mujer, dando desde el comienzo un contraste y un diseño particular tanto del sexo como de la sexualidad para cada cual. Es así entonces que podemos hablar del sexo como la condición orgánica que distingue al varón de la mujer, mientras que la sexualidad podemos referirla como la consciencia del sexo propio y la atracción normal hacia el sexo opuesto, además de ser ésta última el componente personal interior que nos diferencía sexualmente.
El Diablo desde el comienzo siempre ha dicho que….NO MORIREMOS AL PROBAR EL FRUTO PROHIBIDO…, pero una cosa hay que asegurar en el contexto Bíblico: EL SEXO NO es el fruto prohibido, pues Dios lo diseñó desde el comienzo para la multiplicación de la especie (Gen 1:28). En este sentido es importante señalar que el SEXO es creado por Dios y en ningún momento es MALO si se usa dentro de las condiciones en las que fué diseñado para el hombre: EL MATRIMONIO. En el caso de la masturbación mucho del engaño inicial radica en dos ideas: el pensar que nadie lo va a saber y el generalizar que es algo que todos hacen sin ningún problema.
Pero, ¿Porqué el mundo pone tanta presión en esta área durante toda nuestra vida ?, ¿Porqué parece que es un área tan fundamental?,¿De dónde viene el poder que el SEXO tiene sobre el mundo actualmente?. El diseño del sexo y su uso es completamente divino, con el objeto de fortalecer la atracción y el amor en la pareja (Pro 5:15-20), evitar la soledad y tener una unión permanente (Gen 2:18-24), así como procrear hijos y dar descendencia a la familia (Mal 2:14-16) dentro del matrimonio. Pero hay que Notar que en ningún momento Dios diseña esta área para un uso egoísta, independiente o fuera de la unión (Varón-Mujer) en el matrimonio para el ser humano; siempre que violamos estos detalles, provocamos desviaciones fuera del diseño original del creador para ésta área.
Si bien es cierto que nuestras hormonas sexuales son responsables de los cambios corporales y de la demostración en parte de apetitos y atracción sexual desde la juventud; el comportamiento sexual (uso del sexo) depende de la libertad del individuo para elegir la forma de hacerlo y el compañero deseado. El deseo sexual es legítimo, pero el acto para satisfacerlo puede distar mucho de ser siquiera moralmente aceptable si no consideramos la perspectiva divina.
LA COMPLEJIDAD DEL SER HUMANO – Es importante considerar que el ser humano es una unidad fundamental desde el punto de vista bíblico (1 Tes 5:23) de tres componentes: El estuche ó cuerpo, El motor/direccionador ó alma y El contacto con lo trascendente ó Espíritu. De hecho, todo lo que hacemos se efectúa de una manera integral en la que no podemos separar las partes «no» afectadas: ¿Puedo hacer cualquier cosa sin una motivación interna?, ¿ Mis tensiones internas no pueden enfermar mi cuerpo con ulceras o peores malestares?.
Parece que al igual que NO podemos separar los miembros del cuerpo sin que pierdan su funcionalidad, es imposible separar el ser en sus componentes al enfrentar las circunstancias de la vida. Por eso, sexo y sexualidad están tan relacionados: el SEXO se da en el aspecto físico (Cuerpo) y lo erótico (SEXUALIDAD) viene del aspecto psíquico (Combinación Cuerpo + Alma = Carne), pero bíblicamente sin la intervención del área espiritual la persona está incompleta. Sólo el Espíritu Santo puede dar el balance y control necesario de estos aspectos para evitar que sean meramente carnales.
Es complejo el asunto, tanto como la configuración del ser humano. Hay heridas físicas que pueden dañar profundamente, más internamente que al puro cuerpo. Hay enfermedades que no tienen explicación física y que son motivadas por estados de ánimo, tales como las úlceras a quienes padecen mucho stress. Tampoco podemos dejar de reconocer la existencia de malestares espirituales, desde enfermedades hasta verdaderas posesiones diabólicas.
¿Y qué con esto?. Pues bien, que el uso del área sexual NO escapa de la vida integral del ser, y cuando esto ocurre, es seguro que ya tenemos algún tipo de desviación. Si yo «entreno» a mi cuerpo en un patrón de conducta, involucro sí el estuche, pero también: mi pensamiento, mi sentir, mi imaginación, mis recuerdos, mi soledad,etc…; NO puedo separar tan sólo a la parte de mi ser que resulta afectado, sino que repercute en la totalidad. También existen diferencias entre el varón y la mujer desde su nacimiento, NO de valor ante Dios, pero sí en cuanto al papel a desempeñar. Dios desde el antiguo testamento es claro en poder diferenciar a ambos de una manera simple: la manera de vestir (Deut. 22:5), el cabello ( 1 Cor 11:14), etc. La diferencia corporal es clave, pues ambos tienen su sexo definido y complementario (Gen. 1:27) desde el comienzo de la creación; siendo que esta diferenciación sexual clara es con un sólo motivo: EL USO NATURAL ( Rom. 1:26,27).
Hoy en día es posible mediante cirugía «cambiar de sexo», pero ¿ cambiará un hecho así la naturaleza con la cual Dios me diseñó?. Desde luego que no, pues Dios nos constituye como seres integrales: no somos divisibles, separables o intercambiables en partes. El uso natural no se refiere en Romanos al promovido por una naturaleza sin Dios, sino precisamente al propósito del diseño divino. Un hombre o mujer pueden dejar el uso natural de quien los complementa sin que eso implique cambiar su naturaleza, sino más bien un extravío del uso debido básicamente a no tener en cuenta a Dios en sus vidas; ésto puede ser el mismo motivante para cambiar «físicamente» de sexo, aunque en realidad ésto NO cambia de ninguna forma el diseño que Dios le da a cada ser en particular. Es más, ¿podemos imaginar los problemas de jugar con estos aspectos pensando que son independientes ?,el hombre así puede llegar a «crear» verdaderas aberraciones humanas.
La virilidad o femeneidad no son aspectos del pensamiento, actitudes o posiciones ante la vida; son más bien características originales del diseño divino ( Gen 3: 16-19) en lo complejo de cada ser creado. Pensar en cirugías para cambiar de sexo es similar a querer cambiar la personalidad de alguien mediante una cirugía estética: podemos cambiar la forma (lo externo) pero nunca al ser y mucho menos en la complejidad de su realidad integral.
LA CONFUSION DEL AMOR – Se dice que todos necesitamos de amor en la vida, pero ¿qué es el amor?. La Biblia hace diferencia entre cuatro tipos diferentes de amor que pueden existir: Storgos (afecto natural = protección/ayuda),Eros (amor sexual = atracción/satisfacción), Philos (amistad = Compartir/Comunión) y Agape (Amor Divino = Busca el bien de los demás). Los tres primeros tipos puede decirse que son «humanos» pues casi cualquier persona los posee ( inclusive el Storgos se da entre animales), pero el cuarto es divino y nadie puede experimentarlo si no tiene una relación personal con Dios.
De los anteriores el más atractivo, material y gustoso para la carne es el amor sexual (EROS), que suele «prenderse» con una emoción,sentimiento,pensamiento o deseo hacia el otro, buscando satisfacerse de una manera física, excitante y personal. Pero considerar que es el único ó el más importante de los diferentes tipos de amor es hacerlo un IDOLO que toma el control de mi manera de pensar y vivir, llevándome a hacer a la carne y sus deseos el Centro de mi vida (1 Juan 2:16,17) y por tanto a apartarme de una correcta relación con Dios y de la visión de su amor. Cabe mencionar que la idolatría en la Biblia tiene que ver con servir o dar culto a lo que vemos bien sea en forma o apariencia.
El «afecto natural» surge cuando hay alguna necesidad material que suplir, el «Eros» surge por deseo sexual, la «Amistad» surge de una relación profunda de compañerismo, pero el «Agape» depende de Dios mismo y es constante, a diferencia de los otros que fluctúan dependiendo de las circunstancias. Por esta misma fluctuación hay gente que se atreve a describir al hombre «científicamente» como si tuviera un «Bioritmo» que aparentemente está relacionando los aspectos físicos, emocionales y espirituales.
Lo cierto es que Bíblicamente no existe ninguna base que regule o relacione estos amores «humanos», tan sólo el Amor de Dios. Si podemos dejar bajo el control Divino a nuestro ser, los amores humanos pueden moverse dentro de los límites establecidos por Dios tanto biológicos como morales, dando balance a mi vida. Ningún amor humano es eterno, pero puede ocupar el lugar que debe tener en mi vida el amor de Dios que sí es eterno; inclusive a veces confundimos la misericordia (no dar su merecido a alguien) y la gracia (dar a alguien lo que no merece) con el amor, lo que nos puede confundir.
No obstante, hay que tener cuidado, pues Dios dice que a la carne le gusta actuar de tal forma (Gal 5:19-21) que busca apartarnos totalmente de SUS planes, especialmente en la forma de desviaciones sexuales, las cuales como pecado nos apartan de una relación libre con Dios a los cristianos; pero también para los que no conocen a Dios, lo están llevando literalmente al infierno. El Adulterio, la fornicación, el homosexualismo y las relaciones sexuales con animales NO son aprobados por Dios y por tanto deben considerarse como desviaciones (Lv 18:22,23) del uso legítimo del SEXO pues se basan en torcer principios de Dios y atentan contra nuestro ser: Cuerpo (1 Cor 6:15-19), Mente (Rom. 1:28-32), Corazón (Mateo 5:27,28), Alma (1 Pedro 2:11),….etc. Por tal motivo en el antiguo testamento la solución práctica para este tipo de desviaciones era la MUERTE (Lev 20:10-16) que terminaba con el problema de raíz y evitaba también su «propagación». Es el mismo caso de cuando se tiene una fruta podrida entre varias buenas:se aparta y se tira, con el objeto de que no se echen a perder las demás frutas.
Afortunadamente NO existe el sexo en el cielo (Mateo 22:23-32), lo que lo hace intrascendente para la eternidad; pero eso no limita su vitalidad en este mundo que busca un sentido egoísta y único de ver las cosas apartado de Dios. Preguntémonos entonces, bajo el antecedente de que el SEXO es bueno y diseñado por Dios para el matrimonio, ¿Porqué existe un sentido de culpabilidad en la masturbación, si es buena como algunos dicen?, ¿Acaso será que nos hallamos en una frontera sutil con el Pecado ?, ¿Estamos tocando la ley escrita (Ro 2:15) en nuestros corazones por Dios?.
Cualesquiera que sea nuestro parecer, en una cosa estaremos de acuerdo: Dios NO diseñó el SEXO para un uso egoísta sino compartido, tampoco para uso entre iguales sino diferentes (física y psíquicamente) y mucho menos para fantasías mentales sino para la unión de dos seres que se aman y comprometen su futuro juntos delante de Dios y hasta que la muerte los separe (Mateo 19:6 1 Cor 7:39 ). Entonces, ¿Qué implicaciones tiene esto en el uso que debo dar a mis manos (1 Tim 2:8) y mi cuerpo ( 1 Cor 6:19) delante de Dios?.
EL PLACER, EL DESEO Y EL PECADO – Toda separación del uso sexual natural nos pone fuera del plan de Dios y trae consecuencias de dolor y sufrimiento, además de dar soledad al apartarnos de la comunicación con Dios y de la comunión con los hermanos. El sexo dentro del matrimonio fué precisamente diseñado para terminar con la soledad humana (Gen 2:18) y como un área necesaria para fundir a la pareja (Gen 2:24) intensamente; pero fuera del matrimonio bíblico sin la base de compromiso en la relación, se diluye en meras relaciones carnales sin sentido o se extremiza en un desenfreno total de la carne (Rom. 1:24-27) que tampoco llena al que lo hace.
El placer que se experimenta por el SEXO en la relación matrimonial ha sido diseñado por Dios para satisfacer a su criatura (Proverbios 5:18,19) de manera normal y moralmente aceptable. Toda búsqueda ilegítima de este placer pudiéramos llamarla «anormal» y desde luego «moralmente inaceptable». La moralidad para el cristiano como ya hemos mencionado debe entenderse como la valoración de lo que hacemos en función de lo que Dios dice, es decir, de la Biblia.
El acto sexual* matrimonial en la Biblia, es tan profundo, que siempre se le refiere por el Verbo que lo caracteriza: «Conocer» (Gen 4:1,25 Mateo 1:24,25 ), dando la idea de que NO es sólo el momento lo que lo constituye, sino que tiene que ver literalmente con enlazar profundamente el desarrollo de dos vidas en comunicación, confianza, amor y unidad mediante ser una sola carne (Gen 2:24). Por eso nunca un encuentro «casual» o la alternancia de parejas sin ningún compromiso promueve el conocerse más, ni da fidelidad y mucho menos vidas consagradas a servir a Dios, pues NUNCA hay un compromiso real de unirse de manera profunda, sino tan sólo la idea de una «aventura» sin compromiso ni responsabilidad. Bíblicamente la unión de la carne se efectúa dando a dos personas una dimensión nueva y especial en sus vidas, de una manera indisoluble dentro del matrimonio.
Si el marco de referencia para valorar lo bueno y lo malo es diferente a las Escrituras, también la evaluación puede resultar diferente: La Ciencia es más liberal en lo que se refiere a hablar de «normalidad» sexual, la Religión es la posición más restrictiva y la Sociedad viene a dar un aparente término medio: «Ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre», pudiera ser una idea popular de este término medio, aunque desde luego nada bíblica.
Muchos se refieren al sexo como una «necesidad», ¿será cierto?.Existen diversos tipos de necesidades humanas: fundamentales (Básica) o Superfluas (Creada). En el primer caso es necesaria su satisfacción por el sostén de la vida misma, tal es el caso de comer, respirar, etc.; en el segundo caso podemos hablar bien sea de excesos tales como requerir un abrigo de pieles para el frío o aspectos ficticios como el tener más valor por el tipo de auto que tengo. A mí parecer el sexo juega un papel complicado: No es una necesidad en quien NO lo ha experimentado ( Cantares 2:7 3:5 8:4) y es difícil de abstenerse quien no tiene don para hacerlo ( 1 Cor 7:8,9) una vez abierta esta experiencia en la vida.
¿Es un deseo o una necesidad? Puedo desear un traje nuevo y no necesitarlo, o bien, comer una rica golosina deseada y terminar con dolor de muelas. Aparentemente lo necesario es lo que es indispensable, mientras que lo que deseo tiene que ver con un mero gusto. Es cierto que el deseo puede ser legítimo, pero también puede tener salidas que no son de Dios ( 1 Cor 7:5) y caer en la tentación de hacerlas. Como ejemplo podemos poner la comida que puedo usarla para llenar las necesidades de energía de mi cuerpo o como un mero deseo que va desde el antojo hasta el uso desviado en extremo en mi mente que la adore.
Lo peligroso NO es el deseo sexual y su consumación dentro del matrimonio por ser parte de su diseño, pero sí aquel que viene del lado carnal apartado de todo plan divino: es atractivo y seductor, nos lleva a ofender a Dios y a apartarnos de caminar con él. (Santiago 1:13-15). La Biblia se refiere al deseo carnal en general como concupiscencia, si tiende a desviarse a lo impuro ó sucio lo llama inmundicia, si busca lo deshonesto lo llama lascivia, si busca sólo lo malo es denominado perversión y si tan sólo busca lo que avergüenza se le llama abominación.
La filosofía actual de moda en el mundo dice que como la tensión sexual es inevitable, la masturbación es la forma natural de aliviarla para el soltero y por tanto: «Es mejor masturbarse que quemarse», aunque bíblicamente ésto NO se aconseja ni «entre líneas» en las Escrituras. También se considera como la opción de sexo para presos, para casados con viajes prolongados o aún en la etapa inmediata al parto en el matrimonio, de hecho sin la perspectiva divina PARECE un proceso de salida natural a los deseos sexuales en tales circunstancias.
Lo cierto es que si uso la masturbación como casado cuando por cualquier motivo la unión sexual no se da,la reconozco como alternativa de sexo, degradando así tanto al cónyuge como a la relación matrimonial. En realidad uno no es la víctima indefensa de los propios deseos, sino que somos responsables por lo que hacemos, por eso recurrimos al perdón cuando ofendemos a Dios ( 1 Jn 1:9). Para el NO cristiano la libertad en el uso de sus deseos tiene que ver con el «antojo» del momento, mientras que para nosotros la verdadera libertad se halla en Dios (Jn 8:31,32) y nos permite ver las cosas sin atarnos a ellas en una dimensión más amplia.
La masturbación busca el placer mediante la autoestimulación, contrario al diseño del sexo para ser disfrutado con el cónyuge; haciendo de ésto una experiencia propia (intrapersonal) en lugar de compartida ( interpersonal), con lo que lejos de ayudar a una pareja a conocerse y crecer, fomenta el egoísmo y orgullo de la persona que lo practica, promoviendo a veces también la idea errónea de que NO es necesario el complemento con el sexo opuesto en la intimidad. En el caso de continuar su práctica durante el matrimonio, es imperativo platicarlo con el cónyuge para enfrentarlo juntos, pues si lo ocultas es una «bomba de tiempo» que además trae problemas a la relación matrimonial.
La masturbación es una forma de deshonrar el cuerpo y el lecho matrimonial inclusive, es una manera de vender el cuerpo a la carne, además de una forma de corrupción del uso legítimo del sexo; con la «ventaja» de que no tiene consecuencias visibles como el bebé de una madre soltera o el sida en un homosexual, pero con heridas igualmente profundas para el que la practica. Si se comienza su práctica en la adolescencia, cuando el joven busca seguridad en su sexualidad, puede ser el vehículo idóneo que promueva y force el uso del sexo con amigos (fornicación, homosexualidad), e inclusive puede seguir como casado motivando el adulterio y todo tipo de desviación: porque si no hay control de esta actividad como soltero, ¿Qué me garantiza que lo habrá después?.
A comienzos de siglo, el fisiólogo ruso Iván Pavlov comenzó con la corriente psicológica llamada «conductista», la cual se basa en decir que la conducta del ser humano puede ser condicionada por estímulos externos y reforzada por «recompensas» que pueden modelar el comportamiento poderosamente. Sin embargo en esta teoría psicológica existe un supuesto para el ser humano: NO hay libertad. Si nos basamos en un modelo de este tipo, la masturbación no difiere de cualquier otro modelo de conducta aprendida y debido a la recompensa de placer erótico, quien lo hace se ha «programado» a sí mismo para masturbarse: No es capáz de liberarse y NO hay valor en sus decisiones. Quizá esta teoría solo aclara el lado carnal «sin Dios» de un hombre-animal (1Cor 2:14) que con el contínuo «refuerzo de recompensa» se ve forzado a una mayor práctica a través del tiempo y con más frecuencia de la masturbación, lo que implica que la dificultad para dejar esta conducta se incrementa proporcionalmente al tiempo invertido en reforzarla, también quizá pudiendo explicar el porqué de la dependencia carnal en este aspecto.
Pero para el hombre-espiritual (1 Cor 2:12,13), con la libertad de Cristo (Jn 8:31,32), es obvio que NO todo es la carne y sus deseos; puesto que puede dejar bajo el control de Dios áreas de su vida como ésta para ser librado de pecar. ¿Cómo puedo alabar a Dios si no me presento limpio ante él?. En este sentido la masturbación tiene más la forma de un pecado que de un simple desahogo porque: causa estorbo en la relación con Dios, abre la prioridad a las cosas de la carne, hace del sexo algo oculto y que avergüenza, crea esclavitud (Ro 6:16) en el sentido de dependencia y no ayuda a crecer en la santidad de Dios (Rom. 6:22). Hasta ahora no conozco todavía a alguien sincero que después de masturbarse dé gracias a Dios por ello y lo quiera compartir con otros para que también experimenten felicidad y alegría.
Los valores del mundo influyen tremendamente en nuestra manera de ver las cosas y por tanto, también en nuestra moralidad, mucho más de lo que nos damos cuenta, con el bombardeo en: cine, teatro, televisión, literatura, etc… El intento de los jóvenes cristianos por definir sus valores sexuales de una manera bíblica, está siendo vencido por la batalla de los valores del mundo en favor de la llamada «libertad sexual». Lo triste es ver que los jóvenes cristianos están teniendo la misma práctica filosófica que los no-cristianos, por la falta de convicciones propias.
Sólo buscando a Dios toma sentido y placer lo que hacemos en la vida, pero si tan sólo buscamos el placer como sentido para la vida es frustrante. Los impulsos sexuales necesitan ser controlados y entrenados para reflejar su verdadero desarrollo en nuestras vidas; no hablamos de reprimir, pues no es saludable basar su control en base a temor y/o culpa. De hecho el tratar de contener o refrenar la masturbación sólo la hace más atractiva: NO hay ley que la limite o frene. El éxito en llevar una vida santa (Lev 19:1,2) no consiste en un listado de prohibiciones, sino en creer las razones prácticas o beneficios para hacerla una realidad. Aún hablar de disciplina en esta área (Heb 12:11) es difícil, pero a la larga trae beneficios para mi vida como soltero y/o casado.
No hay nada de malo en cuanto a ser tentado, aún Jesús fué tentado en todo según nuestra semejanza (Heb 4:15), pero la tentación se transforma en pecado cuando sucumbimos ante ella dándole vida en nuestro ser. Si das lugar al uso de la masturbación como tu fuente de sexo, ya has abierto la puerta para tener sexo fuera del plan de Dios y a cualquier nivel: con la mano, fornicación, homosexualismo, adulterio,etc…, todo dependerá de lo fantástico, emocionante y diferente que pueda sentirse en cada caso, pero ya has abierto un plan alternativo diferente al original.
DIFICILMENTE EXPERIMENTAMOS EN CABEZA AJENA – Si efectuamos una encuesta entre amigos cristianos veremos que según el parecer de la mayoría, la masturbación NO es considerada como buena en el contexto de la nueva vida en Cristo (2 Cor 5:17); y muchos empezaron a practicarla durante la juventud después de haber oído referencias a la misma de «amigos» que los rodeaban, en su mayoría no-cristianos. Desde luego nunca se piensa al comenzar que esta experiencia traiga aflicción y consecuencias.
Es fácil empezar cediendo a la curiosidad: basta darle lugar en tu mente y cuerpo al deseo sexual, para que te presione y logre cristalizarse en un acto sexual tal como la masturbación. Una vez hecho la primera vez, se ha puesto la base y abierto la oportunidad para continuar: NO hay retorno, pues se experimenta con lo que antes se desconocía pero que pasa a ser atrayente. Es cierto que el ambiente que nos rodea es adverso (Mt 10:16) y que si nos descuidamos puede corromper inclusive nuestro estilo de vida (1 Cor 15:33). El poder de atracción radica en el placer que se obtiene. Una vez comenzada esta «nueva y excitante» experiencia, se pasa a «apropiarla» usando la imaginación y fantasías para auto-excitar mi cuerpo.Este estilo de vida surge así primordialmente por no vivir en paz con la sexualidad, siendo que, desafortunadamente tampoco la masturbación trae paz como pudiera esperarse. Desde luego un estímulo de atracción es la facilidad de practicarla, porque permite manejar la situación «a mi antojo» en cuanto a tiempo, lugar, imaginación, forma, etc., y no involucra ningún compromiso de relación con nadie. Lo que sí es claro es que NO se trata de un acto necesario fisiológicamente para el «desahogo» del cuerpo, ni para evitar el «derrame» nocturno de fluídos seminales, ni para evitar el surgimiento del acné; de hecho la continencia sexual NO perjudica al que vive correctamente. Por tal motivo podemos considerar más a la masturbación como una irregularidad de la vida sexual, aclarando que el DESEO no es lo malo, sino la práctica que lo desahoga, por ser un mal uso de lo que Dios diseñó originalmente. De hecho, Jesucristo NUNCA experimentó el uso del sexo ( Mt 19:10-12) durante su vida.
Es cierto también que no se trata de una enfermedad que cause daños físicos o impotencia, pero pone patrones para la falta de respeto corporal en el matrimonio (1 Cor 7:4) y de autodisciplina al no promover el dominio propio que viene de Dios ( 2 Ti 1:7). De hecho viene a poner estorbo en la relación con Dios para solteros y casados. Es un engaño también pensar que es una necesidad, pues aún cuando no se satisfaga, no daña, debilita o mata; mientras que su práctica trae consecuencias sociales e involucra a otras personas conocidas en nuestras fantasías. También trae irritabilidad y nerviosismo, síntomas bien alejados de la paz y tranquilidad.
De hecho es una actividad que cambia en el soltero la manera de ver al sexo opuesto y pone también para el casado una barrera matrimonial para crecer en el área sexual. Este «juego del pellejo» no siempre se termina con el matrimonio, y lo peor, muchas veces lo preferimos porque ya lo hemos hecho costumbre en nuestra vida; sólo cuando la relación matrimonial es exitosa desde el comienzo en el enlace sexual, se muere este vicio de entrada. De cualquier forma, su práctica en el matrimonio es una mancha y deshonra ( 1 Tes 4:4,5) que viene a distorsionar la relación y la manera de ver al cónyuge. El Cristiano puede, si lo deja en Dios, abstenerse de los deseos carnales (1 Pedro 2:11) con el fin de mantener la vida en santidad y honor; pues de otra forma, la carne (Mateo 26:41 ) termina ganando en la batalla.
Al comienzo la mano es el único medio «al alcance» para masturbarse, pero pronto pierde su emoción y se comienzan a buscar alternativas como el uso de la imaginación, objetos y fantasías. El mundo apoya el hecho insinuando que el placer resultante en la situación como un fin justifica cualquier medio que se emplee para hacerlo, aunque la Biblia no está de acuerdo con esta perspectiva. Conforme transcurre el tiempo que uno vive con la masturbación, se comienza a usar también como salida de otros problemas no-sexuales que nos insatisfacen, frustran o deprimen, pero que la carne trata de «superar» por un breve momento de placer en «forma» sexual. Lo que provoca su ardua repetición es el que NUNCA se alcanza la satisfacción anhelada, formando así un círculo vicioso sin salida. A nivel superficial y físico es una aparente experiencia «hermosa» que se desea realizar, pero en el fondo, no es más que una carga que no satisface el deseo sexual porque simplemente NO es una relación sexual.
La única respuesta que se obtiene es vacío y silencio que deja al corazón insatisfecho por la falta de comunicación, que como ya se ha mencionado antes, es parte fundamental del diseño original de Dios para la práctica sexual en el matrimonio. Lo anterior sólo trae inseguridad, impaciencia y un sentido de culpabilidad junto con la frustración de no poder resistir la tensión. NADIE es felíz con la masturbación y nunca es provocada cuando estás felíz. El enorme y sutil peligro es que si bien es un proceso que tiene su manifestación externa, las mayores raíces crecen en el interior de la persona ( en la mente); por lo que no sólo afecta físicamente, sino que influye en todo el estilo de vida.
Una vez «apropiada» esta actividad en la vida se crea una fuerte dependencia, a manera de culto para servirla, que podríamos catalogar bíblicamente como idolatría ( Col 3:5-7). Y cuando se llega a este estado de dependencia, uno se hace incapáz de controlarla. Cuanto más prolongada sea la dependencia, puede llegar a crear desajustes sexuales como soltero promoviendo desviaciones del uso del sexo por su impacto en la mente e inclusive en el matrimonio porque se llega a perder la capacidad de darse al otro. De hecho es algo que deforma las expectativas de la persona de la actividad sexual matrimonial y degrada el valor del cónyuge en la relación. En todo caso para solteros y casados pone un patrón e idea del sexo: egoísta, inseguro e impaciente.
Con más tiempo de integrarla en tu vida, se hace más difícil dejarla y crece la dependencia, inclusive haciéndola una costumbre. Sin embargo su práctica NO da la salida, sino que hace crecer la tentación por la insatisfacción que provoca, y la insatisfacción crece en la medida que cedo ó caigo, lo que complica este problema en la vida de quien lo practica. En el caso de la mujer su incidencia es menor, pero cuando se da debido a la naturaleza emocional y subjetiva femenina, el buscar una salida se complica más que con los varones. En caso de que ya sea una costumbre o hábito, es necesario analizar a fondo la motivación por la que se ha arraigado, aunque desde luego esto no quita los sentimientos de condenación y corrupción asociados que roban la paz y el gozo al experimentarla.
Es clave desde luego, si quieres salir de esta actividad en tu vida que fortalezcas tu relación con Dios y que busques pasar más tiempo con amigos cristianos para que ellos también puedan ayudarte a salir de las presiones que vengan; desde luego, mantenerte ocupado en otros intereses que te distraigan es una ayuda para «girar» menos sobre tí mismo y poner así circunstancias favorables para evitar este tipo de tentaciones. Es imprescindible buscar consejo con hermanos ó libros cristianos al respecto. Todo lo anterior brinda seguridad adicional a pasar buenos tiempos con Dios y ayuda a reducir el temor a caer. ¡¡¡ Huír !!! y no darle lugar desde el comienzo es clave en la victoria (2 Ti 2:22) sobre este tipo de problemas, de una manera simultánea a entregar tu cuerpo como sacrificio vivo a Dios (Ro 12:1,2); todo lo cual nos libra de conformarnos como el mundo piensa y nos ayuda a continuar buscando la voluntad de Dios en nuestras vidas con una perspectiva renovada.
Hay que enfocar positivamente la renuncia a la práctica de la masturbación, pero de ninguna forma debe confundirse con renunciar al Sexo o a la Sexualidad, lo cual pudiera ser contraproducente y traer inclusive transtornos; de hecho la renuncia debe enfocarse tan sólo a una de las expresiones de la sexualidad: la genital. Si busco renunciar al sexo No soluciono el problema, sino más bien lo agravo haciendo malo algo que no lo es delante de Dios. Si por otro lado busco renunciar a la Sexualidad, ataco además a mi persona pues involucra a mi ser, distorsionando así otra vez mi perspectiva en la situación. Supongamos que deseo tener un auto, lo cual en sí NO es malo; pero la manera de hacerlo una realidad puede ser legítima mediante el ahorro o ilegítima mediante el robo. Pues bien, por ser el robo el medio ilegítimo para obtenerlo NO debo de considerar malo al deseo ni el objetivo, pero sí distinguir claramente que el medio para obtenerlo está equivocado junto con los instrumentos materiales que yo fuere a emplear para el robo.
Así de sencillo: la idea es renunciar a la masturbación como conclusión de mi deseo y búsqueda ilegítima del sexo, junto con el instrumento que empleo: mi área genital, la cual desde luego NO es mala pero está diseñada con otro fin. Pero esta renuncia, SIN un enfoque de la mente hacia Dios, es INUTIL. Posterior a esta decisión viene un período de «sanación», la cual normalmente es un proceso de «reajuste» y lucha en la mayor parte de los casos, aunque también hay casos concretos donde Dios interviene de manera drástica para corregir.
Es interesante notar que en algunas áreas donde nuestra vida se desvía del modelo divino, la Biblia sugiere como solución su enfrentamiento para corregirlas (mentira, enojo,etc.). En el caso de las pasiones el consejo es diferente: Huír, pues una vez involucrados en la situación con nuestras emociones y deseos se pierde la perspectiva de la salida. Es como el ratón que seducido por el queso y el placer que representa comerlo, se acerca a la ratonera sin saber el peligro que puede llevarlo inclusive a perder la vida. Pues bien, por el costo que puede cobrar y las consecuencias que puede traer a nuestras vidas, el consejo bíblico para situaciones que nos enfrentan con pasiones es definitivamente HUIR.
LAS BENDICIONES QUE TRAE EL NO MASTURBARTE Hay que decir que el NO experimentar y/o el abandonar la masturbación como práctica en tu vida, no tiene malas consecuencias, sino por el contrario trae grandes ventajas para tu vida, entre las cuales podemos enumerar:
- 1) Buena relación con Dios.- Ayuda a refugiarnos más en Dios en la búsqueda de respuestas a nuestras inquietudes. Fortalece al Espíritu, dándole preferencia en lugar de a la carne. Se tiene libertad para crecer en Santidad. Se fortalece la confianza en la Palabra de Dios y en la oración. Nos da un buen testimonio y nos estimula al compañerismo.
- 2) Balance en la perspectiva sexual.- Se elimina todo temor de impotencia o mal uso del sexo. Se considera al sexo un ingrediente esencial en el matrimonio, pero NO lo más importante. Se evita pensar negativamente tanto del uso, como del propósito del area sexual. Se tiene una perspectiva correcta del cuerpo y del gusto por el sexo opuesto. Se tiene la convicción profunda de la existencia de un uso natural y sin desviaciones. Hay una manera sana de vivir la sexualidad sin pecado ni prejuicios.
- 3) Seguridad.- La opción no es el tener o no la información, sino el que venga de una fuente confiable. Tanto mejor si esta «educación sexual» viene de los padres. Se evita caer en malas experiencias y todas sus consecuencias por conocer lo que Dios dice al respecto.
- 4) Templanza.- Damos el control de nuestro cuerpo al Espíritu Santo y por consiguiente tenemos confianza, paz y felicidad. Nos podemos conocer mejor. Da disciplina y autocontrol a nuestro comportamiento.
- 5) Limpieza.- Te ayuda a ser más honesto contigo mismo y a no manchar tu vida (Cuerpo-alma-Espíritu) con información engañosa y falsa. Se tiene una perspectiva moral adecuada de lo bueno y lo malo. El querer «guardarse» limpio en la vida cierra la puerta para pecados ocultos y promueve una vida de pureza.
- 6) Maduréz.-Creces personalmente en tu manera de ver las cosas de una manera responsable y sin impedimentos para compartir tu vida en todo nivel: amistad, noviazgo y matrimonio. Creces también en paciencia, control de tus emociones y de los sentidos. Vives con salud mental en la realidad y no en la fantasía. También se logra experimentar un balance en la manifestación del amor. Se logra tener una relación interpersonal con el sexo opuesto más firme y definida. En cuanto a personalidad, se evita caer en salidas fáciles a situaciones conflictivas.
Sin embargo, todas estas ventajas tienen un costo: LUCHA ESPIRITUAL, pues los deseos de la carne y los del Espíritu Santo son opuestos ( Gal 5: 16-25 ), y es obvio que si no dejas en CRISTO tus pasiones y deseos, no puedes vivir ni caminar guiado por EL. Pero si aceptas el reto de dejar ésto en las manos de Dios, habrá BATALLA y quizá algunas caídas, pero es indudable ( Ro 6:11-14) que por la gracia de Dios podrás vivir confiado y victorioso (Rom. 8: 6-15).
La fragilidad de la carne (Marcos 14:38) siempre estará allí, al igual que la tentación ( 1 Cor 10:13 ) pero siempre contaremos con la ayuda de Dios en cada situación. Dios siempre tiene misericordia de nuestros pecados (Miqueas 7:18,19) y si los confesamos (1 Jn 1:9) seremos perdonados y limpiados. Claro, la opción de Dios es para quienes tienen el valor de buscarlo y no para quienes prefieren el pecado; de hecho es la opción de FE la que nos hace tomar la decisión espiritual (Heb 11:24,25) como la mejor para nuestras vidas.
CONSEJOS PRACTICOS PARA NO CAER
1) El esfuerzo propio no trae la victoria en la situación (Proverbios 3: 5,6 ) sino la fé en que Cristo puede traerla a tu vida (1 Jn 5:4 Filipenses 4:13). Sólo el someterte a Dios en estas circunstancias (Santiago 4:7,8) te ayudará a resistir la tentación, guardando tus manos limpias y tu corazón puro; pero NUNCA te creas infalible, ni creas que no puedes caer (1 Cor 10:12), pues es el primer paso para descuidarnos y hacernos frágiles ante cualquier tentación. No hay fórmula para el éxito espiritual fuera de una vida rendida a Dios.
2) Es clave que busques la manifestación del Espíritu Santo en tu vida (Gal 5:22,23) y en particular de la templanza (2 Tim. 1:7) como manera de cuidar de tu continencia en forma firme, sana y amorosa.
3) Nunca dejes de pedir ayuda en la tentación (1 Cor 10:13), y en caso de caer, confiesa tu pecado ante Dios (1 Jn 1:9), con lo cual evitarás que esta práctica se convierta en un hábito en tu vida; aunque en caso de no resistir y caer sólo aplazarás tu crecimiento. Si tienes un amigo CRISTIANO en quien puedas confiar, confiésaselo a él también (Santiago 5:16) para que te ayude a orar y tengas una «presión positiva» que te ayude a responsabilizarte de esta área de tu vida. También es de ánimo saber que alguien más ha pasado por una experiencia así y ha logrado dejarla en las manos de Dios. El consejo/ayuda que nos brindan otros hermanos en la fé, es experiencia en su caminar con Dios de la que podemos aprender (Proverbios 1:5 3:21,22). NO DESISTAS si caes, pide a Dios valor para seguir adelante y cuando menos te des cuenta, ya será algo del pasado. Si bien la tentación nos quiere hacer caer, Dios quiere que la usemos como oportunidad para crecer y como motivante a buscar la salida alternativa que EL nos brinda.
4) En el varón el uso de la vista es especialmente un área delicada (Mateo 6:22,23) como punto de entrada de información «limpia ó sucia» a tu ser, USA bien tus ojos. También los pensamientos, palabras y hasta la manera de vestir puede ser un área de peligro. Es clave que cuides tu mente y evites todo aquello que te puede contaminar, manchar o llevar a la tentación. Evita buscar con tu vista escenas sexuales que puedan «seducirte» o presionarte.
5) No estés ocioso, solo y mucho menos con las manos desocupadas en tus tiempos libres (2 Tes 3:10-13), trata más bien de tener tus manos limpias (Salmos 24:4) ante Dios. Esto se traduce en la práctica en contar con un plan para tu tiempo libre, además de una «disciplina» de horario para tus actividades en general a manera de agenda.
6) En caso de tener deseos ó ganas de deleites sexuales codiciables, pero ilegítimos como este caso, que permitan el mal uso de lo que Dios te ha dado hasta inclusive la deshonra de tu cuerpo, ¡ ¡ HUYE ! ! literalmente de estas presiones (2 Tim. 2:22), para lo cual te ayudará mucho juntarte con otros jóvenes que de corazón buscan hacer la voluntad de Dios en esta área. ¡¡ Huye !! siempre de las compañías, lugares y circunstancias que te exponen a deseos sexuales que te excitan y pueden apartarte del plan de Dios para tu vida. En general hay que tener cuidado con los sentidos, pues son las puertas de nuestro cuerpo a la sexualidad.
7) Recuerda que Dios es SANTO, y él quiere (Lev 19:1,2 1 Tes 4:3 Heb 13:4) que tú lo seas, no importando tu estado civil: Soltero ó Casado.
8) Si eres soltero, deja las cosas sexuales para el matrimonio (Eclesiastés 3:1-8 1 Cor 10:23), pues así tendrás más gozo al llegar virgen/limpio y sin prejuicios. Si eres casado (1 Cor 7:3-5) vive y ora por tu relación matrimonial intensamente. Todo lo que hacemos trae consecuencias carnales o espirituales (Gal 6:7,8) en nuestras vidas.
9) No te «apolilles» viviendo como anciano, sé juvenil pero con temor de Dios (Eclesiastés 11:9,10).
10) Reconoce honestamente tu pecado de manera personal delante de Dios (Salmos 32: 1-5), para que experimentes su perdón y liberación (Gal 5:1) y no interrumpas tu comunicación con el Todopoderoso. Esto además te restaura personalmente y en tu relación con los demás (2 Cor 2: 5-8, 11), protegiéndote para que no cedas ante las maquinaciones de Satanás.La lucha es diaria en cuanto a dejar el control a Dios y pedir su protección. Los planes a largo plazo pueden ser una tortura y presión excesiva, mejor trata de dejar cada día este asunto (Mateo 6: 34) en las manos de Dios y podrás notar como se aligera la carga (Mateo 11: 29,30) y viene descanso a tu vida. Así empezarás a liberarte y a mantener distancia no sólo de este tipo de desviación sexual, sino en general de cualquier pecado; edificando así la base para una vida victoriosa en CRISTO.
PREGUNTAS FINALES: UNA MEDITACION PERSONAL
- 1) ¿Qué es lo que te hace valioso delante de Dios? Gen 1:26
- 2) ¿Cuál debe ser la motivación general de cuidarte para Dios? 1 Cor 10:31,32
- 3) ¿ A quién le pertenece tu cuerpo? 1 Cor 6:19,20
- 4) ¿Qué es lo que más le gusta a tu carne? Gal 5:19-21
- 5) ¿Tienes un sacerdote, pastor o amigo cristiano cercano que entienda tu situación? Heb 2:17,18 4:15
- 6) ¿Cómo puedes hallar descanso para tus cargas? Mt 11:28-30
- 7) ¿De dónde debe venir el consuelo en las tribulaciones? 2 Cor 1:3-5
- 8) ¿Qué puede darte libertad / limpieza en cualquier momento de presión? Jn 8:31,32 Salmos 119:9
- 9) ¿ Con qué propósito creó Dios el sexo al comienzo? Gen 1:27,28 2:18,24
- 10) ¿Qué es lo que hace legítimo el uso del sexo? Ro 1:26,27
- 11) ¿Es eterno el sexo? Mt 22:23-32 ¿Qué implica esto?
- 12) ¿Importa con quién unes tu vida? 1 Cor 6:16,17
- 13) ¿Cómo anda tu corazón sexualmente? Mt 5:27,28 Salmos 51:10
- 14) ¿Cuánto tiempo puedes jugar con fuego sin quemarte? Proverbios 6:27
- 15) ¿Porqué es importante tener tus manos limpias? Job 17:9 Mt 5:30 1 Tim. 2:8 Santiago 4:8
- 16) ¿Cuál es el problema de ceder a las presiones sexuales? 2 Pedro 2:19 1 Cor 6:12
- 17) En algunos casos la Biblia aconseja enfrentar el problema, pero en aspectos «pasionales» se recomienda huír ( 2 Tim. 2:22), ¿ Porqué?
- 18) ¿Cómo describes en tus palabras una desviación sexual? Lev 18:22,23
- 19) ¿Promueve la masturbación: maduréz, seguridad y una buena relación con Dios?
- 20) ¿Cuáles son los límites dentro de los cuales se puede ejercitar el sexo de una manera agradable delante de Dios?
Independientemente de que tu postura al respecto sea radical o tibia, recuerda que sobre todo lo que hagas darás cuenta personal delante del creador. Eclesiastés 11:9
MASTURBACION: ¿De Dios o del mundo?
No todos hemos gozado de la oportunidad en su momento de apartarnos de la masturbación, pues andabamos sin esperanza y sin Dios en el mundo (Efesios 2:12). Pero al caminar con EL, ¿No debiera ser diferente nuestro estilo de vida?
…. » Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fé, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor»…
2 Tim. 2:22
Después de haber meditado en todo lo anterior, de ahora en adelante: ¿Cuál va a ser tu convicción al respecto ?
REFERENCIAS DE AYUDA PARA PROFUNDIZAR
Lewis, C.S.. Los Cuatro Amores.Editorial Caribe
Miami,Florida, 1977. 136 pp.White, John. Eros y el Pecado Sexual. Ediciones Certeza.
Buenos Aires, Argentina, 1980. 150 pp.Williams, Morgan & Capper, Melville. Sexo y Matrimonio.
Ediciones Certeza. Buenos Aires, Argentina. 5a.Edición, 1974. 152 pp.Trobisch, Walter e Ingrid. Agradable Sensación.Ediciones Sígueme.
Salamanca, España, 1980. 96 pp.Miles, Herbert J. Felicidad Sexual. Ediciones Logoi Inc.
Miami, Florida, 1973. 139 pp.Rogers, Sy. Masturbación:La vergüenza secreta. México.
Revista Información Punto Inicial (IPI), Año 3, No.21,Feb 1973. pp.18,19