23 de marzo de 2017
Amados guerreros de oración y siervos:
Llega el momento en la vida de todo soldado viejo en el que tiene que bajar las armas, no en derrota, sino para depositar todo lo que sabe acerca de Él en las vidas de discípulos que puedan enseñar a otros. Ha llegado ese tiempo en mi vida. Ya no puedo leer u orar cada mañana como lo he hecho en los últimos 60 años, pero mis amigos y discípulos me mandan hermosas palabras de Dios y constantemente elevan oraciones maravillosas por mí. Nunca pensé que llegaría el día en que dependería de que otros me leyeran la Palabra de Dios, ni depender tanto de las oraciones de los demás. Pero ha llegado, y me regocijo en su conocimiento de la verdad, en su amor por las Escrituras, en su confianza en la oración, en su amor por nosotros, y en su deseo de ver el Reino de Dios establecido en América Latina.
Sólo puedo declarar una cosa simple: hemos hecho lo correcto, hemos enseñado la Palabra de Dios, y la Palabra ha trabajado tan profundamente en los amigos que ahora ellos han llevado el ministerio de la Palabra a otros, incluyéndome a mí.
Lo mismo puede decirse de los hombres de negocios, quienes comparten su conocimiento, entendimiento y fortalezas, pero es la siguiente generación la que tiene que cumplir con la misión. Esta fue la visión de Cristo al buscar la multiplicación de discípulos, y no simplemente el hacer más discípulos. Nos emociona mucho ver esta profundidad, este conocimiento de la Palabra, y esta creciente obediencia en las vidas de aquellos que han entendido el valor de poner en práctica la Palabra de Dios.
Al avanzar hacia la siguiente fase de la vida como familia, confiamos en que el Señor nos dé fruto en nuestra vejez, no a través de la predicación ni de la enseñanza, sino animando a nuestros amigos a continuar en este ministerio y en esta visión que Dios nos ha dado. Cuando pienso en el comienzo de todo esto, me hace sentir gran asombro y humildad el ver cómo Dios ha usado una humilde semilla y un muy humilde pedazo de roca para construir algo tan hermoso que se esparce por todo México y América Latina. Todo esto es mucho más de lo que pudimos haber imaginado como fruto de nuestras vidas, y se evidencia en las constantes cartas y oraciones de diversos lugares, lo que ilustra que la obra es la pura gracia de Dios y no el trabajo del hombre; el hecho de que sigue creciendo es una demostración aún más fuerte de esa gracia.
La gente aquí en el hospital me pregunta por qué tantas personas vienen a pasar la noche en vela o cuidarme durante el día, y nuestra respuesta es porque nos aman en Cristo. Los hemos servido a ellos y ahora nos están sirviendo a nosotros. Es una imagen hermosa de la vida fructífera que he añorado experimentar, en una forma diferente, pero igual de real. Posiblemente es de mayor impacto cuando les preguntan a los amigos por qué están interesados en mí, y contestan, “Este hombre me ayudó; es mi padre espiritual, o mi abuelo espiritual, y ahora le debemos nuestra ayuda.” Toda la Gloria sea para Dios.
Sólo Dios sabe qué tanto tiempo me queda, pero estaré aquí el tiempo que Él lo deseé, para sufrir por Él como El sufrió por mí. Por favor sigan alentándome. Deuteronomio 33:25 dice que, como mis días, como mis horas, así será mi fuerza. Lo he visto, y sigo esperando que así sea. Pero aún si perdiera esto, Él es el mismo, y no cambia. No dudaré de su Palabra.
Muchas gracias por todo su ministerio hacia nosotros.
En el Nombre de Jesús,
Samuel
27 de marzo, 2017
Hermanos, ya el querido Sam está contemplando la cara de nuestro Señor Jesucristo.