Halloween se originó de las costumbres de los celtas. Tenían sacerdotes que se llamaban Druidas. Ellos creyeron que en el 31 de octubre el señor de los muertos, llamado Saman, invocó a todos los espíritus malos a salir y aterrorizar a la gente. También creyeron que en esa misma noche, todos los muertos regresaban a sus casas para visitar. Los celtas pensaron que esa temporada fue el mejor tiempo de adivinar el futuro, porque podían pedir a los muertos que divulgaran los secretos del futuro.
Los romanos invadieron y conquistaron a los celtas. Los romanos tenían una fiesta pagana de la cosecha el 1 de noviembre. Las costumbres de los celtas y de los romanos se mezclaron.
Mucho después en 835, el papa Gregorio IV proclamó la fiesta de Todos los Santos (una celebración para honrar a Dios y a todo los santos… especialmente los mártires de la fe), y lo puso en el 1 de noviembre, probablemente para reemplazar esa fiesta pagana romana ya contaminada con las costumbres celtas.
En 998 se instituyó la fiesta de Todas las Almas (los Fieles Difuntos). En este día oraron por todos las almas que se encontraban en el purgatorio. La iglesia siempre ha tratado de reemplazar creencias paganas con conceptos más aceptables, pero la mezcla de las costumbres del populacho con las creencias de la Biblia pocas veces resulta en algo bueno. Es mejor basarnos en lo que la Biblia dice, y obedecer sin titubear.
Hoy en día la sociedad secular trata de presentar a Halloween como una fiesta inocente para los niños, y como una excusa para los adultos a celebrar otra pachanga.
Humanamente hablando, Halloween es nada más que un método de mercadotécnia, para motivar a toda la gente a gastar su dinero. Pero espiritualmente, es una de las fiestas más importantes de los que adoran a satanás. ¡Halloween no es una fiesta que el pueblo mexicano debe adoptar!
En San Lucas 16:19-31 Jesús ha dicho lo siguiente acerca de los muertos:
- o están con Dios en el cielo
- o están separados de Dios en un lugar de tormento
Ni el uno ni el otro puede salir de su lugar y dar la vuelta.
Esto es la enseñanza de Dios.
Dios también dice que no debemos tener nada que ver con cosas satánicas. (Deuteronomio 18:10-12)
La pregunta es…
¿Vamos a vivir nuestra vida basada en lo que Dios dice,
o basado en lo que nosotros creemos es lo más conveniente?