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CONCORDANCIA DEL CARÁCTER DE DIOS – SAMUEL EDELSTEIN
gloria (majestad)
Kabod (110/196)
(Éxodo 16:7) 7 Y al amanecer veréis la gloria de Yahveh, porque él ha oído vuestras murmuraciones contra Yahveh. Pues, ¿qué somos nosotros para que murmuréis contra nosotros?
(Éxodo 16:10) 10 Y sucedió que mientras Aarón hablaba a toda la congregación de Israel, miraron hacia el desierto; y he aquí, la gloria de Yahveh se apareció en la nube.
(Éxodo 24:16-17) 16 La gloria de Yahveh posó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días. Al séptimo día él llamó a Moisés de dentro de la nube. 17 Y la apariencia de la gloria de Yahveh en la cumbre del monte era como un fuego consumidor ante los ojos de los hijos de Israel.
(Éxodo 29:43) 43 También me encontraré allí con los hijos de Israel, y el lugar será santificado por mi gloria .
(Éxodo 33:18) 18 Entonces Moisés dijo: –Por favor, muéstrame tu gloria.
(Éxodo 33:22) 22 Sucederá que cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado.
(Éxodo 40:34-35) 34 Entonces la nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Yahveh llenó la morada. 35 Moisés no podía entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Yahveh había llenado la morada.
(Levítico 9:6) 6 Entonces Moisés dijo: «Esto es lo que ha mandado Yahveh. Hacedlo, y la gloria de Yahveh se os aparecerá.»
(Levítico 9:23) 23 Luego Moisés y Aarón entraron en el tabernáculo de reunión. Al salir, bendijeron al pueblo, y la gloria de Yahveh se apareció a todo el pueblo.
(Números 14:10) 10 Entonces toda la congregación habló de apedrearlos. Pero la gloria de Yahveh se dejó ver en el tabernáculo de reunión ante todos los hijos de Israel.
(Números 14:21-22) 21 Sin embargo, vivo yo, y la gloria de Yahveh llena toda la tierra, 22 que de los que vieron mi gloria y las señales que hice en Egipto y en el desierto, y que me han puesto a prueba ya diez veces y no han escuchado mi voz, ninguno
(Números 16:19) 19 Coré ya había reunido contra ellos a toda la congregación a la entrada del tabernáculo de reunión. Entonces la gloria de Yahveh apareció a toda la congregación.
(Números 16:42) 42 Y aconteció que cuando se juntó la congregación contra Moisés y contra Aarón, miraron hacia el tabernáculo de reunión, y he aquí que la nube lo había cubierto, y se manifestó la gloria de Yahveh.
(Números 20:6) 6 Moisés y Aarón se fueron de delante de la congregación hasta la entrada del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros. Entonces se les apareció la gloria de Yahveh.
(Deuteronomio 5:24) 24 Entonces dijisteis: «He aquí, Yahveh nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego. En este día hemos visto que Dios habla al hombre, y que éste puede quedar vivo.
(1 de los Reyes 8:11) 11 Y los sacerdotes no pudieron continuar sirviendo por causa de la nube, porque la gloria de Yahveh había llenado la casa de Yahveh.
(1 de Crónicas 16:24) 24 Contad entre las naciones su gloria , entre todos los pueblos sus maravillas;
(1 de Crónicas 16:28-29) 28 Dad a Yahveh, oh familias de pueblos, dad a Yahveh la gloria y el poder. 29 Dad a Yahveh la gloria debida a su nombre; traed ofrendas y venid ante su presencia; adorad a Yahveh en la hermosura de la santidad;
(2 de Crónicas 5:14) 14 Y los sacerdotes no pudieron continuar sirviendo por causa de la nube, porque la gloria de Yahveh había llenado la casa de Dios.
(2 de Crónicas 7:1-3) 1 Cuando Salomón terminó de orar, descendió fuego del cielo y consumió el holocausto y los sacrificios, y la gloria de Yahveh llenó el templo. 2 Los sacerdotes no pudieron entrar en la casa de Yahveh, porque la gloria de Yahveh había llenado la casa de Yahveh. 3 Todos los hijos de Israel vieron descender el fuego y la gloria de Yahveh sobre el templo, y se postraron con el rostro en tierra sobre el pavimento. Y adoraron y dieron gracias a Yahveh diciendo: «Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia.»
(Nehemías 9:5) 5 Los levitas Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías dijeron: «¡Levantaos, bendecid a Yahveh vuestro Dios, desde la eternidad hasta la eternidad!» «Bendigan tu nombre glorioso, y sea exaltado más que toda bendición y alabanza.
(Salmos 3:3) 3 Pero tú, oh Yahveh, eres escudo alrededor de mí; eres mi gloria y el que levanta mi cabeza.
(Salmos 19:1) 1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
(Salmos 24:7-10) 7 ¡Levantad, oh puertas, vuestras cabezas! Levantaos, oh puertas eternas, y entrará el Rey de gloria. 8 ¿Quién es este Rey de gloria? ¡Yahveh, el fuerte y poderoso! ¡Yahveh, el poderoso en la batalla! 9 ¡Levantad, oh puertas, vuestras cabezas! Levantaos, oh puertas eternas, y entrará el Rey de gloria. 10 ¿Quién es este Rey de gloria? ¡Yahveh de los Ejércitos! ¡El es el Rey de gloria! (Selah)
(Salmos 26:8) 8 Oh Yahveh, he amado la habitación de tu casa, el lugar de la morada de tu gloria.
(Salmos 29:1-3) 1 Dad a Yahveh, oh hijos de los fuertes; dad a Yahveh la gloria y el poder. 2 Dad a Yahveh la gloria debida a su nombre. Adorad a Yahveh en la hermosura de la santidad. 3 Voz de Yahveh sobre las aguas: ¡Truena el Dios de gloria! ¡Es Yahveh sobre las caudalosas aguas!
(Salmos 29:9) 9 La voz de Yahveh estremece las encinas y desnuda los bosques. Y en su templo todos los suyos proclaman su gloria.
(Salmos 30:12) 12 Por eso mi gloria te cantará y no callará. Oh Yahveh, Dios mío, te alabaré para siempre.
(Salmos 57:5) 5 ¡Seas exaltado sobre los cielos, oh Dios; y sobre toda la tierra, tu gloria!
(Salmos 57:11) 11 ¡Seas exaltado sobre los cielos, oh Dios; y sobre toda la tierra, tu gloria!
(Salmos 62:7) 7 Dios es mi salvación y mi gloria; en Dios está la roca de mi fortaleza y mi refugio.
(Salmos 63:2) 2 Te he contemplado en el santuario, para admirar tu poder y tu gloria.
(Salmos 66:2) 2 Cantad a la gloria de su nombre; dadle la gloria en la alabanza.
(Salmos 72:19) 19 ¡Bendito sea para siempre su nombre glorioso! Toda la tierra sea llena de su gloria.
(Salmos 79:9) 9 Ayúdanos, oh Dios, salvación nuestra, por causa de la gloria de tu nombre. Líbranos y expía nuestros pecados por amor de tu nombre.
(Salmos 85:9) 9 Ciertamente cercana está su salvación para los que le temen, para que habite la gloria en nuestra tierra.
(Salmos 96:3) 3 Contad entre las naciones su gloria, entre todos los pueblos sus maravillas;
(Salmos 96:7-8) 7 Dad a Yahveh, oh familias de pueblos, dad a Yahveh la gloria y el poder. 8 Dad a Yahveh la gloria debida a su nombre; traed ofrendas y venid a sus atrios;
(Salmos 97:6) 6 Los cielos anuncian su justicia, y todos los pueblos ven su gloria.
(Salmos 102:15) 15 Entonces las naciones temerán el nombre de Yahveh, y todos los reyes de la tierra temerán tu gloria.
(Salmos 102:16) 16 Por cuanto Yahveh habrá edificado a Sion, será visto en su gloria.
(Salmos 104:31) 31 ¡Sea la gloria de Yahveh para siempre! Alégrese Yahveh en sus obras.
(Salmos 108:1) 1Mi corazón está dispuesto, oh Dios; cantaré y entonará salmos; esta es mi gloria.
(Salmos 108:5) 5 ¡Seas exaltado sobre los cielos, oh Dios; y sobre toda la tierra, tu gloria!
(Salmos 111:3) 3 Gloria y hermosura es su obra, y su justicia permanece para siempre.
(Salmos 113:4) 4 Alto sobre todas las naciones es Yahveh; sobre los cielos es su gloria.
(Salmos 115:1) 1 No a nosotros, oh Yahveh, no a nosotros, sino a tu nombre da gloria por tu misericordia y tu verdad.
(Salmos 138:5) 5 Cantarán acerca de los caminos de Yahveh, pues grande es la gloria de Yahveh.
(Salmos 145:5) 5 Hablarán del esplendor de tu gloriosa majestad, y meditaré en tus maravillas.
(Salmos 145:11-12) 11 Hablarán de la gloria de tu reino y de tu poder, 12 para anunciar tus proezas a los hijos del hombre; y la gloria del majestuoso esplendor de tu reino.
(Salmos 149:5) 5 Los fieles se regocijarán con gloria; cantarán desde sus camas.
(Proverbios 25:2) 2 Es gloria de Dios ocultar una cosa, y es gloria del rey escudriñarla.
(Isaías 3:8) 8 Porque Jerusalén ha tropezado, y Judá ha caído; pues la lengua de ellos y sus obras son contrarias a Yahveh y desafían la presencia de su majestad.
(Isaías 4:2) 2 En aquel día el retoño de Yahveh será hermoso y glorioso, y el fruto de la tierra será el orgullo y el esplendor de los sobrevivientes de Israel.
(Isaías 4:5) 5 Entonces sobre todo lugar del monte Sion y sobre sus asambleas, Yahveh creará nube y humo de día, y resplandor de fuego llameante de noche. Porque sobre todos habrá una cubierta de gloria,
(Isaías 6:3) 3 El uno proclamaba al otro diciendo: –¡Santo, santo, santo es Yahveh de los Ejércitos! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!
(Isaías 11:10) 10 Acontecerá en aquel día que las naciones buscarán a aquel que es la raíz de Isaí y que estará en pie como una bandera para los pueblos, y su morada será gloriosa.
(Isaías 35:2) 2 Florecerá profusamente; se regocijará en gran manera, y cantará con júbilo. Le será dada la gloria del Líbano, la majestad del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Yahveh, la majestad de nuestro Dios.
(Isaías 40:5) 5 Entonces se manifestará la gloria de Yahveh, y todo mortal juntamente la verá; porque la boca de Yahveh ha hablado.»
(Isaías 42:8) 8 Yo, Yahveh; éste es mi nombre. No daré mi gloria a otros, ni mi alabanza a los ídolos.
(Isaías 42:12) 12 Den gloria a Yahveh; proclamen en las costas su alabanza.
(Isaías 43:7) 7 A cada uno que es llamado según mi nombre y a quien he creado para mi gloria, yo lo formé. Ciertamente yo lo hice.
(Isaías 48:11) 11 Por mí, por amor de mí mismo lo hago; pues, ¿cómo ha de ser profanado mi nombre? ¡No daré a otro mi gloria!
(Isaías 58:8) 8 Entonces despuntará tu luz como el alba, y tu recuperación brotará con rapidez. Tu justicia irá delante de ti, y la gloria de Yahveh irá a tu retaguardia.
(Isaías 59:19) 19 Desde el occidente temerán el nombre de Yahveh; y desde donde nace el sol, su gloria. Porque él vendrá como río encajonado, sobre el cual impele el soplo de Yahveh.
(Isaías 60:1-2) 1 «¡Levántate! ¡Resplandece! Porque ha llegado tu luz, y la gloria de Yahveh ha resplandecido sobre ti. 2 Porque he aquí que las tinieblas cubrirán la tierra; y la oscuridad, los pueblos. Pero sobre ti resplandecerá Yahveh, y sobre ti será vista su gloria.
(Isaías 66:18-19) 18 Pero yo conozco sus obras y sus pensamientos. Ya llegará el tiempo para reunir a todas las naciones y lenguas; ellas vendrán y verán mi gloria.
19 Pondré en ellos una señal, y enviaré algunos de los sobrevivientes de ellos a las naciones: a Tarsis, a Fut, a Lidia (donde disparan el arco), a Tubal, a Grecia y a las costas más distantes que no han oído de mi fama ni han visto mi gloria, para que anuncien mi gloria entre las naciones.
(Jeremías 13:16) 16 Dad gloria a Yahveh vuestro Dios, antes que él haga que se oscurezca; antes que vuestros pies tropiecen contra montañas tenebrosas y la luz que esperáis él os la vuelva densa oscuridad y la convierta en tinieblas.
(Ezequiel 1:28) 28 Como el aspecto del arco iris que está en las nubes en un día de lluvia, así era el aspecto del resplandor alrededor. Este era el aspecto de la gloria de Yahveh. Y cuando la vi, caí postrado sobre mi rostro y oí la voz de uno que hablaba.
(Ezequiel 3:12) 12 Entonces el Espíritu me levantó, y oí detrás de mí el ruido de un gran estruendo: «¡Bendita sea la gloria de Yahveh desde su lugar!»
(Ezequiel 3:23) 23 Me levanté y fui al valle, y he aquí que se había detenido allí la gloria de Yahveh, como la gloria que yo había visto junto al río Quebar. Y me postré sobre mi rostro.
(Ezequiel 8:4) 4 Y he allí la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo había visto en el valle.
(Ezequiel 9:3) 3 Entonces la gloria del Dios de Israel se elevó de encima del querubín sobre el cual había estado, hacia el umbral del templo. Luego Dios llamó al hombre vestido de lino, que llevaba al cinto los útiles de escriba.
(Ezequiel 10:4) 4 Entonces la gloria de Yahveh se elevó de encima de los querubines, {Según LXX; heb., querubín} hacia el umbral del templo. Y el templo fue llenado por la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria de Yahveh.
(Ezequiel 10:18) 18 Entonces la gloria de Yahveh salió de sobre el umbral del templo y se colocó encima de los querubines.
(Ezequiel 10:19) 19 Los querubines alzaron sus alas y ante mi vista se elevaron de la tierra. Cuando ellos salieron, también salieron las ruedas que estaban junto a ellos, y se detuvieron a la entrada de la puerta oriental de la casa de Yahveh. Y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos.
(Ezequiel 11:22-23) 22 Entonces los querubines alzaron sus alas, con las ruedas que estaban junto a ellos. Y la gloria del Dios de Israel estaba por encima, sobre ellos. 23 Luego la gloria de Yahveh ascendió de en medio de la ciudad, y se detuvo sobre el monte que está al oriente de la ciudad.
(Ezequiel 31:18) 18 «¿A quién, pues, te has comparado así en gloria y en grandeza en medio de los árboles del Edén? Junto con los árboles del Edén, serás derribado a la parte más baja de la tierra. Yacerás en medio de los incircuncisos, junto con los muertos a espada. «Eso es el faraón y toda su multitud», dice el Señor Yahveh.
(Ezequiel 39:21) 21 «Entonces pondré mi gloria entre las naciones, y todas las naciones verán mi juicio que habré hecho y mi poderío que habré impuesto sobre ellas.
(Ezequiel 43:3-5) 3 La visión que vi era como aquella visión que había visto cuando él vino para destruir la ciudad y como la visión que había visto junto al río Quebar. Y caí postrado sobre mi rostro. 4 La gloria de Yahveh entró en el templo por la puerta que da al oriente. 5 Entonces el Espíritu me levantó y me introdujo al atrio interior. Y he aquí que la gloria de Yahveh llenó el templo.
(Ezequiel 44:4) 4 Luego me llevó por la vía de la puerta del norte, hacia el frente del templo. Entonces miré, y he aquí que la gloria de Yahveh había llenado la casa de Yahveh. Caí postrado sobre mi rostro,
(Habacuc 2:14) 14 Porque la tierra estará llena del conocimiento de la gloria de Yahveh, como las aguas cubren el mar.
(Zacarías 2:5) 5 Y yo seré para ella un muro de fuego alrededor y estaré en medio de ella como su Gloria, dice Yahveh.
(Malaquías 2:2) 2 Si no escucháis y no tomáis al corazón dar gloria a mi nombre, enviaré la maldición sobre vosotros y maldeciré vuestras bendiciones, ha dicho Yahveh de los Ejércitos. Y las he maldecido ya, porque vosotros nada tomáis a pecho.
Adar (2/3)
(Éxodo 15:6) 6 «Tu diestra, oh Yahveh, ha sido majestuosa en poder; tu diestra, oh Yahveh, ha quebrantado al enemigo.
(Éxodo 15:11) 11 «¿Quién como tú, oh Yahveh, entre los dioses? ¿Quién como tú, majestuoso en santidad, temible en hazañas dignas de alabanza, hacedor de maravillas?
Kabad (4/115)
(Deuteronomio 28:58) 58 «Si no cuidas de poner por obra todas las palabras de esta ley, escritas en este libro, temiendo este nombre grande y temible, Yahveh tu Dios,
(Isaías 26:15) 15 Tú has engrandecido la nación, oh Yahveh; has engrandecido la nación y te has hecho glorioso . Has ensanchado todas las fronteras del país.
(Ezequiel 28:22) 22 Dirás que así ha dicho el Señor Yahveh: «Oh Sidón, he aquí que yo estoy contra ti y seré glorificado en medio de ti.’ Y sabrán que yo soy Yahveh, cuando ejecute actos justicieros en medio de ella, y en ella yo muestre mi santidad.
(Hageo 1:8) 8 Subid al monte, traed madera y reedificad el templo. Yo tendré satisfacción en ello y seré honrado, ha dicho Yahveh.
Paar (6/13)
(Isaías 44:23) 23 Cantad loores, oh cielos, porque Yahveh lo ha hecho. Gritad con júbilo, oh profundidades de la tierra. Prorrumpid en cántico, oh montañas, el bosque y todos sus árboles. Porque Yahveh ha redimido a Jacob y será glorificado en Israel.
(Isaías 55:5) 5 He aquí, llamarás a naciones que no conocías, y naciones que no te conocían correrán hacia ti, por causa de Yahveh tu Dios, el Santo de Israel, que te ha llenado de gloria .»
(Isaías 60:7) 7 Todo el ganado de Quedar será reunido para ti; carneros de Nebayot te servirán. Serán una grata ofrenda sobre mi altar, y hermosearé el templo de mi esplendor.
(Isaías 60:9) 9 Ciertamente, en mí esperarán las costas; y a la cabeza estarán las naves de Tarsis para traer de lejos a tus hijos con su plata y su oro, por el nombre de Yahveh tu Dios y por el Santo de Israel que te ha llenado de esplendor.
(Isaías 60:21) 21 «Entonces tu pueblo, todos ellos serán justos; para siempre heredarán la tierra. Ellos son los vástagos de mi plantío, la obra de mis manos, para manifestar mi gloria.
(Isaías 61:3) 3 para proveer a favor de los que están de duelo por Sion y para darles diadema en lugar de ceniza, aceite de regocijo en lugar de luto y manto de alabanza en lugar de espíritu desalentado. Ellos serán llamados robles de justicia, plantío de Yahveh, para manifestar su gloria.
Tipharah (7/50)
(1 de Crónicas 29:11) 11 Tuyos son, oh Yahveh, la grandeza, el poder, la gloria, el esplendor y la majestad; porque tuyas son todas las cosas que están en los cielos y en la tierra. Tuyo es el reino, oh Yahveh, y tú te enalteces como cabeza sobre todo.
(1 de Crónicas 29:13) 13 Y ahora, oh Dios nuestro, nosotros te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre.
(Salmos 71:8) 8 Esté llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día.
(Salmos 96:6) 6 Gloria y esplendor hay delante de él; poder y hermosura hay en su santuario.
(Isaías 60:19) 19 «El sol nunca más te servirá de luz durante el día, ni te alumbrará el resplandor de la luna. Yahveh será para ti luz eterna; tu Dios será tu gloria.
(Isaías 63:12) 12 quien envió su glorioso brazo para estar a la derecha de Moisés, y quien partió las aguas ante ellos, conquistando para sí renombre eterno?
(Isaías 63:14) 14 El Espíritu de Yahveh les dio reposo, como al ganado que desciende al valle. Así condujiste a tu pueblo, conquistando para ti un nombre glorioso.
Doxazo (18/62)
(S. Juan 7:39) 39 Esto dijo acerca del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él, pues todavía no había el Espíritu, porque Jesús aún no había sido glorificado.
(S. Juan 11:4) 4 Al oírlo, Jesús dijo: –Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios; para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
(S. Juan 12:16) 16 Sus discípulos no entendieron estas cosas al principio. Pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y que estas cosas le hicieron a él.
(S. Juan 12:23) 23 Y Jesús les respondió diciendo: –Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.
(S. Juan 12:28) 28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: «¡Ya lo he glorificado y lo glorificaré otra vez!»
(S. Juan 13:31-32) 31 Cuando Judas había salido, dijo Jesús: –Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. 32 Si Dios es glorificado en él, también Dios le glorificará en sí mismo. Y pronto le glorificará .
(S. Juan 14:13) 13 Y todo lo que pidáis en mi nombre, eso haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
(S. Juan 17:1) 1 Jesús habló de estas cosas, y levantando los ojos al cielo, dijo: «Padre, la hora ha llegado. Glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti,
(S. Juan 17:4-5) 4 Yo te he glorificado en la tierra, habiendo acabado la obra que me has dado que hiciera.
5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú en tu misma presencia, con la gloria que yo tenía en tu presencia antes que existiera el mundo.
Doxa (72/168)
(S. Mateo 6:13) 13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. ¿Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén
(S. Mateo 16:27) 27 Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno conforme a sus hechos.
(S. Mateo 19:28) 28 Jesús les dijo: –De cierto os digo que en el tiempo de la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido os sentaréis también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
(S. Mateo 24:30) 30 Entonces se manifestará la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y en ese tiempo harán duelo todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.
(S. Mateo 25:31) 31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria;
(S. Marcos 8:38) 38 Pues el que se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.
(S. Marcos 10:37) 37 Ellos dijeron: –Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.
(S. Lucas 2:9) 9 Y un ángel del Señor se presentó ante ellos, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y temieron con gran temor.
(S. Lucas 2:14) 14 –¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, y buena voluntad para con los hombres¡
(S. Lucas 9:26) 26 Pues el que se avergüence de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria y la del Padre y la de los santos ángeles.
(S. Lucas 9:31-32) 31 quienes aparecieron en gloria y hablaban de su éxodo que él iba a cumplir en Jerusalén. 32 Pedro y los otros con él estaban cargados de sueño; pero se mantuvieron vigilando y vieron su gloria y a dos hombres que estaban con él.
(S. Lucas 24:26) 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciese estas cosas y que entrara en su gloria?
(S. Juan 1:14) 14 Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y contemplamos su gloria, como la gloria del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
(S. Juan 2:11) 11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
(S. Juan 11:4) 4 Al oírlo, Jesús dijo: –Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios; para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
(S. Juan 11:40) 40 Jesús le dijo: –¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?
(S. Juan 12:41) 41 Estas cosas dijo Isaías porque vio su gloria y habló acerca de él.
(S. Juan 17:5) 5 Ahora, pues, gorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria ue tuve antes ue el mundo fuese.
(S. Juan 17:22) 22 Yo les he dado la gloria que tú me has dado, para que sean una cosa, así como también nosotros somos una cosa.
(S. Juan 17:24) 24 «Padre, quiero que donde yo esté, también estén conmigo aquellos que me has dado, para que vean mi gloria que me has dado, porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
(Hechos de los Apóstoles 7:2) 2 Y él respondió: –Hermanos y padres, oíd. El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham cuando estaba en Mesopotamia, antes que habitase en Harán,
(Hechos de los Apóstoles 7:55) 55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo y puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba de pie a la diestra de Dios.
(A los Romanos 1:23) 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen a la semejanza de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
(A los Romanos 3:23) 23 porque todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios,
(A los Romanos 6:4) 4 Pues, por el bautismo fuimos sepultados juntamente con él en la muerte, para que así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
(A los Romanos 9:23) 23 ¿Y qué hay si él hizo esto, para dar a conocer las riquezas de su gloria sobre los vasos de misericordia que había preparado de antemano para gloria,
(A los Romanos 11:36) 36 Porque de él y por medio de él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.
(A los Romanos 15:7) 7 Por tanto, recibíos unos a otros como Cristo os recibió para la gloria de Dios.
(A los Romanos 16:27) 27 al único sabio Dios, sea la gloria mediante Jesucristo, para siempre. Amén.
(1 a los Corintios 2:8) 8 Ninguno de los príncipes de esta edad conoció esta sabiduría; porque si ellos la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de la gloria.
(2 a los Corintios 1:20) 20 Porque todas las promesas de Dios son en él «sí»; y por tanto, también por medio de él, decimos «amén» a Dios, para su gloria por medio nuestro.
(2 a los Corintios 3:18) 18 Por tanto, todos nosotros, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
(2 a los Corintios 4:4) 4 Pues el dios de esta edad presente ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no les ilumine el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, quien es la imagen de Dios.
(2 a los Corintios 4:6) 6 Porque el Dios que dijo: «La luz resplandecerá de las tinieblas» es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.
(2 a los Corintios 8:19) 19 Y no sólo esto, sino que también ha sido designado por las iglesias como compañero de viaje, para llevar esta gracia que es administrada por nosotros para gloria del Señor mismo, y para demostrar nuestra solicitud,
(2 a los Corintios 8:23) 23 En cuanto a Tito, él es compañero mío y colaborador para con vosotros; y en cuanto a nuestros hermanos, ellos son mensajeros de las iglesias y gloria de Cristo.
(A los Gálatas 1:5) 5 a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
(A los Efesios 1:17) 17 Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el pleno conocimiento de él;
(A los Efesios 3:16) 16 a fin de que, conforme a las riquezas de su gloria , os conceda ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior;
(A los Filipenses 1:11) 11 llenos del fruto de justicia, fruto que viene por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.
(A los Filipenses 2:11) 11 y toda lengua confiese para gloria de Dios Padre que Jesucristo es Señor.
(A los Filipenses 4:19-20) 19 Mi Dios, pues, suplirá toda necesidad vuestra, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. 20 A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
(A los Colosenses 1:11) 11 y que seáis fortalecidos con todo poder, conforme a su gloriosa potencia, para toda perseverancia y paciencia.
(A los Colosenses 1:27) 27 A éstos, Dios ha querido dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este misterio entre las naciones, el cual es: Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.
(2 a los Tesalonicenses 1:9) 9 Ellos serán castigados con eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,
(2 a los Tesalonicenses 2:14) 14 Con este fin os llamó Dios por medio de nuestro evangelio para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
(1 a Timoteo 1:17) 17 Por tanto, al Rey de los siglos, al inmortal, invisible y único Dios, sean la honra y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
(2 a Timoteo 4:18) 18 El Señor me librará de toda obra mala y me preservará para su reino celestial. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
(A Tito 2:13) 13 aguardando la esperanza bienaventurada, la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo,
(A los Hebreos 1:3) 3 El es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder. Y cuando había hecho la purificación de nuestros pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
(A los Hebreos 2:7) 7 Le has hecho por poco tiempo menor que los ángeles; le coronaste de gloria y de honra;
(A los Hebreos 2:9) 9 Sin embargo, vemos a Jesús, quien por poco tiempo fue hecho menor que los ángeles, coronado de gloria y honra por el padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.
(A los Hebreos 13:21) 21 os haga aptos en todo lo bueno para hacer su voluntad, haciendo él en nosotros lo que es agradable delante de él por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
(Santiago 2:1) 1 Hermanos míos, tened la fe de nuestro glorioso Señor Jesucristo, sin hacer distinción de personas.
(1 de S. Pedro 4:14) 14 Cuando sois injuriados en el nombre de Cristo, sois bienaventurados; porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros.
(1 de S. Pedro 5:11) 11 A él sea gloria y el dominio por los siglos. Amén.
(2 de S. Pedro 1:3) 3 Su divino poder nos ha concedido todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad por medio del conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia.
(2 de S. Pedro 1:17) 17 Porque al recibir de parte de Dios Padre honra y gloria, desde la grandiosa gloria le fue dirigida una voz: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.»
(2 de S. Pedro 1:3) 3 Su divino poder nos ha concedido todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad por medio del conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia.
(2 de S. Pedro 1:17) 17 Porque al recibir de parte de Dios Padre honra y gloria, desde la grandiosa gloria le fue dirigida una voz: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.»
(2 de S. Pedro 3:18) 18 Más bien, creced en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
(S. Judas 1:24-25) 24 Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída y para presentaros irreprensibles delante de su gloria con grande alegría; 25 al único Dios, nuestro Salvador por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea la gloria, la majestad, el dominio y la autoridad desde antes de todos los siglos, ahora y por todos los siglos. Amén.
(Apocalipsis 1:6) 6 y nos constituyó en un reino, sacerdotes para Dios su Padre; a él sea la gloria y el dominio para siempre jamás. Amén.
(Apocalipsis 4:9) 9 Y cada vez que los seres vivientes dan gloria, honra y alabanza al que está sentado en el trono y que vive por los siglos de los siglos,
(Apocalipsis 4:11) 11 «Digno eres tú, oh Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder; porque tú has creado todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas.»
(Apocalipsis 5:12-13) 12 Y decían a gran voz: «Digno es el Cordero, que fue inmolado, de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.» 13 Y oí a toda criatura que está en el cielo y sobre la tierra y debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, diciendo: «Al que está sentado en el trono y al Cordero sean la bendición y la honra y la gloria y el poder por los siglos de los siglos.»
(Apocalipsis 7:12) 12 «¡Amén! La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. ¡Amén!»
(Apocalipsis 15:8) 8 El templo se llenó de humo por la gloria de Dios y por su poder, y nadie podía entrar en el templo hasta que fuesen consumadas las siete plagas de los siete ángeles.
(Apocalipsis 19:1) 1 Después de estas cosas, oí como la gran voz de una enorme multitud en el cielo, que decía: «¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios.